El sábado 28 culminó la tercera edición del Festival Mozart Habana, evento que propició un mayor acercamiento a la obra del genio de Salzburgo de principio a fin, y no solamente del insigne compositor; también subieron al escenario de la Sala José White, en Matanzas, el Teatro Martí, la Basílica del Convento de San Francisco de Asís, el Aula Magna y el Oratorio San Felipe Neri, piezas de Johann Sebastian Bach, Beethoven, Chaikovski, Franz Krommer, Manuel Ponce, entre otros imprescindibles de la música clásica. Ocho días pudieran parecer pocos ante el vasto legado de Mozart; sin embargo, tuvieron un valor y alcance extraordinarios. Prueba de ello fue el virtuosismo de las agrupaciones y solistas cubanos y extranjeros, principalmente de la Orquesta Sinfónica del Instituto Superior de Arte, adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, dirigida por el maestro José A.
Méndez Padrón, quien encabezó dos de las actividades fundamentales, el concierto de inicio y el del miércoles 25 en el Teatro Martí. Asimismo resultaron imprescindibles las clases magistrales del violinista Gilles Colliard y Florent Héau, este último considerado una de las figuras cimeras de la escuela francesa de clarinete. Para los más pequeños, al decir martiano, los que saben querer, estuvo dedicado un concierto a cargo de la Sinfónica Infantil, el día de clausura.
Un momento de absoluta belleza, si se tiene en cuenta que Mozart compuso melodías desde temprana edad. Con tan solo 5 años era un intérprete avanzado y eficaz violinista.
El doctor Eusebio Leal Spengler en las palabras del programa expresó: “El elenco me exime de subrayar la importancia que, a nuestro juicio, adquiere el legado inmaterial que habrán de asumir quienes han seguido de cerca la trayectoria del Lyceum Mozartiano”. Su aporte ha sido decisivo para el éxito y la trascendencia del Festival. Se despide hasta el 2019 este convite de sinfonías, no sin antes dejar un hálito de saberes y experiencias, lo cual hace del Mozart Habana un evento esperado, prometedor.