Las labores de recuperación luego de los cuantiosos daños que provocó a su paso por Cuba el huracán Irma concentran sin duda en estos momentos una gran parte de los recursos y esfuerzos del país en materia económica.
No obstante, hay que considerar lo importante que puede ser, incluso para contribuir a paliar el impacto negativo de este devastador desastre natural, el hecho de continuar con las transformaciones y medidas que estaban en proceso de implementación antes de septiembre último.
Si nos retrotraemos a julio pasado, recordaremos que el General de Ejército Raúl Castro Ruz enumeró en su discurso ante el Parlamento una serie de asuntos estratégicos y tácticos que requerirían atención en lo que restaba del año.
Proteger al máximo los ingresos por exportaciones, la producción de alimentos y los servicios a la población, así como suprimir todo gasto no imprescindible, son algunas de esas prioridades que cobran todavía mayor trascendencia en la actual coyuntura después del ciclón.
La Feria Internacional de La Habana, que tendrá lugar la próxima semana, principal cita comercial del país que potencia y facilita negociaciones fundamentales para nuestro comercio exterior, es un buen ejemplo de esas acciones esenciales que son preciso mantener en paralelo a las tareas recuperativas más inmediatas.
También quedó en el tintero, justo antes del azote de Irma, el anunciado e iniciado perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia, y la revisión sobre el funcionamiento de las cooperativas no agropecuarias.
Es cierto que muchos de los Organismos de la Administración Central del Estado que participan en esos procesos también tienen grandes responsabilidades en la recuperación después del huracán, lo cual incluye desde la concepción de novedosos procedimientos de trabajo y la emisión de sus respectivas normas legales, hasta la aplicación y control de su cumplimiento en el terreno.
Sería oportuno entonces un esfuerzo adicional para retomar el curso de las transformaciones que estaban ya en marcha, pendientes de respuestas legislativas que ya parecían inminentes, pues hay decenas de miles de trabajadores por cuenta propia y cooperativistas —o aspirantes a serlo— en espera de tales definiciones.
Además, continuar por ese camino también podría ayudar en última instancia a aminorar —aunque sea en algo— el golpe del huracán Irma para la economía. Es difícil, pero no debe resultar imposible. Recuperación del ciclón y actualización del modelo económico, hay que intentar halarlo todo parejo.