El intercambio por correo postal entre Cuba y los Estados Unidos se redujo en lo que va del 2017 a un 46% de lo alcanzado el año anterior, luego de que en marzo último cesaron los vuelos directos con este fin, según confirmaron este jueves directivos de Correos de Cuba.
Soraya Bravo Fuentes, vicepresidenta primera de ese grupo empresarial, respondió a Trabajadores en conferencia de prensa que luego de un año en vigor, expiró el plan piloto iniciado el 16 de marzo de 2016 para la recepción directa de correspondencia y bultos postales desde los Estados Unidos a través de vuelos chárter de la compañía IBC Airways.
Estamos en espera de una respuesta de las autoridades postales de ese país para poder reactivar el correo directo mediante los vuelos comerciales regulares, como es la práctica habitual en el mundo, indicó la directiva de Correos de Cuba.
Añadió que durante los doce meses que funcionó el enlace directo —primero a razón de tres vuelos por semana que luego fueron dos— hubo un incremento progresivo del tráfico de correo, lo cual incluyó no solo la correspondencia sino también las encomiendas o bultos postales, servicio este último que no era posible desde la explosión en 1968 en La Habana de una bomba proveniente de Nueva York en un alijo postal.
Al cesar el plan piloto concebido durante el gobierno de Barack Obama, el intercambio postal entre Cuba y Estados Unidos se ha mantenido a través de un tercer país, como ya había funcionado anteriormente durante décadas, aunque con una reducción significativa de los envíos entre ambas naciones, apuntó Bravo Fuentes.
Para solucionar tal situación se aspiraba a sostener un contacto entre las autoridades postales de los dos países durante el 23 Congreso de la Unión Postal de las Américas, España y Portugal (UPAEP) que debió sesionar en Ciudad de México en septiembre último, pero la cita regional se suspendió luego del potente terremoto que afectó a la nación azteca.
Correos de Cuba recordó además que el bloqueo económico, comercial y financiero contra la Isla también impide, por ejemplo, que alguien pueda mandar por vía postal artículos como una botella de ron o una caja de tabacos hacia los Estados Unidos, junto con otras afectaciones a los cobros y pagos de sus servicios, incluso con terceros países.