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Al filo del mediodía de este viernes abrió a la circulación vial el túnel de la bahía de La Habana, último que restaba luego de los ingentes trabajos realizados para restañar los daños causados por las fuertes penetraciones del mar provocadas por los vientos del huracán Irma, que inundaron los tres viaductos de la capital.
En exclusiva para Trabajadores, el ingeniero Raúl Díaz Guadarrama, director general del Centro Nacional de Vialidad del Ministerio de Transporte (Mitrans), dijo que cumplieron lo prometido y que publicamos en nuestra edición de papel este lunes, de que demorarían menos tiempo en ponerlas en funcionamiento que el invertido en dejarlas sin agua.
Extraer 50 mil y 24 mil metros cúbicos de agua que entraron en esas obras subterráneas ubicadas en el lecho de la entrada de la rada capitalina y la de 5ta. Avenida, respectivamente, fue la primera proeza realizada en apenas una semana por las empresas CDC-Astilleros Casablanca y Antillana de Salvamento, del Mitrans, que también colocaron los sistemas de luces.
Luego de ese cometido, las labores de otras entidades del Ministerio del Interior y del Consejo de la Administración Provincial se dirigieron a restaurar los sistemas de cámaras de vigilancia y semáforos, entre otras demandas técnicas, así como la limpieza general y señalética. El repello en algunas zonas de las paredes de la entrada del túnel a cargo de la Empresa Constructora del Mitrans.
No solo los capitalinos reciben con beneplácito la noticia, en tanto el túnel de la bahía es la forma más expedita que tienen para comunicarse el oeste y este de la ciudad, así como desde otros puntos como las provincias de Mayabeque y Matanzas.
Maravilla de la ingeniería cubana
Esta obra fue seleccionada en la década de los años 80 como una de las siete maravillas de la ingeniería civil en la mayor de las Antillas. Inaugurada en junio de 1958, permite que, en 44 segundos y a una velocidad de 60 km/h, unos 32 mil vehículos puedan atravesarla diariamente.
Su proyecto y licitación fueron adjudicados a la entidad francesa Sociète des Grands Travaux de Marselle, pero de acuerdo con la legislación vigente, la dirección facultativa del proyecto y su ejecución la ocupó el eminente ingeniero cubano José Menéndez Menéndez, profesor de varias generaciones de profesionales cubanos.
Descontando sus accesos, el túnel tiene una longitud de 733 metros, la sección transversal está formada por un doble conducto de hormigón armado, con capacidad para cuatro carriles, y su altura, de 4,25 metros, se encuentra sumergida bajo el canal de entrada a la bahía habanera, a una profundidad entre 12 y 14 metros.
