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Al dolor de estos días a resultas de los grandes daños causados por el huracán Irma, se suma el de la pérdida, a causa de enfermedades que padecían desde larga data, de dos escritores de valía, en cuya obra tenía significativa presencia la poesía en décimas: Eduard Encina y Denis Venero. En el caso del primero, la noticia nos llegó por vía del poeta Carlos Esquivel, Premio Iberoamericano Cucalambé en varias ocasiones e integrante de la Filial del Grupo Ala Décima en la provincia de Las Tunas, en respuesta a nuestro mensaje colectivo indagando por los daños del huracán:
“Hermano, por favor, envía este mensaje a los amigos en la lista: Hermanos, casi sin devastaciones, las lógicas o las que la naturaleza provee a manos abiertas, pero herido, mutilado, desangrado con la muerte de uno de los seres más maravillosos que he visto en el planeta literatura: Eduard Encina. Un hombre especial e irrepetible. Poeta grande, decimista, porque saldrá pronto un libro suyo de décimas, pero un amigo más fiel que la sombra, sincero como pocos, valiente, mordaz, gran padre, gran esposo, promotor literario fervoroso, entrañado en Contramaestre (en Baire, para exactitud ciclónica). Estas devastaciones destruyen mucho más. Fuerza diez, en la escala más alta del dolor humano. A todos los amigos, que Irma no deje más pérdidas que las ya en existencia. Abrazos, Carlos Esquivel”.
Por su parte, el poeta Fernando León Jacomino, en el sitio La Jiribilla, reproduce otros mensajes doloridos, entre ellos este del joven radialista Alfredo Ballesteros, residente en Contramaestre y muy cercano a Eduard: “Con profundo dolor comunico a todos los amigos de Eduard Encina, quienes han estado pendientes a su estado de salud, que nuestro hermano falleció en esta tarde del 8 de septiembre de 2017 en la Terapia Intensiva del Hospital Provincial Saturnino Lora. Eduard, a quien lo sorprendió una invasiva enfermedad, luchó por la vida dignamente hasta su último suspiro. Recordemos al mambí con el machete en la mano, con la palabra precisa en el momento adecuado, pero también con la sabia de dar el consejo más oportuno. No por esperada la noticia es menos dolorosa. Gracias a todo el equipo médico que lo atendió y a los amigos de siempre que estuvieron al lado y pendientes a través de las redes, mandando también sus deseos de pronta recuperación. Estamos consternados… Dios lo tenga en su gloria”.
Eduard Encina Ramírez nació en Baire, Santiago de Cuba, el 27 de enero de 1973. Contaba con una obra literaria amplia y reconocida, de lo cual da fe el sitio CubaPoesía.
Del segundo fallecido nos dio información el poeta Jorge Adrián Betancourt, Premio Iberoamericano Cucalambé 2012 y miembro de la Filial provincial de Ala Décima en Granma, con las siguientes palabras:
“Hermano: Por acá bien. Gracias a Dios, Granma no tuvo grandes afectaciones. Gracias por la preocupación. Consternados, eso sí, por la muerte de Eduard Encina y Denis Venero casi simultáneas. Venero fue un escritor guisero que cultivó la décima en su arista tradicional. Publicó un decimario de título De donde crece la palma. Buen escritor de obras de teatro y también se destacó en la narrativa, sobre todo en el cuento. Gran comunicador y promotor cultural y sobre todo un hombre excelente. Abrazos. Jorgito”.
Consultado telefónicamente, el presidente de la citada filial, Alexander Besú, Premio Iberoamericano Cucalambé 2007, nos especificó que el deceso de Denis se produjo igualmente a resultas de un prolongado padecimiento canceroso, y comentó la valía del autor desaparecido y su condición humana, lo cual incrementa el pesar del conglomerado decimístico y literario en general en ese territorio.
Denis Venero García era, además de escritor, actor e integrante del Proyecto Audiovisual Comunitario Picacho, dedicado a la realización de documentales en las comunidades serranas de su municipio de residencia, Guisa.
El Grupo Ala Décima ha trasmitido, a los familiares y amigos de ambos creadores fallecidos, un abrazo de condolencia y la certidumbre de que su obra de vida y letras permanecerá inmarcesible en el corazón de quienes compartieron con ellos esperanzas y empeños.
