Léster Espinosa Soto, técnico de Seguridad y Protección en la Unidad Empresarial de Base Puerto Carúpano, vivió en carne propia la furia de Irma en su lento tránsito por el litoral puertopadrense. Él estaba entre los integrantes del colectivo laboral del enclave encargados de preservar los recursos materiales de la entidad y relata sus vivencias.
“Aquí empezó a batir desde las 11 de la mañana del día 8. Ya a las seis de la tarde le arrancó el techo al pañol. Nos retiramos a las diez de la noche –la vida es lo primero- y ya el mar batía con mucha fuerza y penetró algo, pero las olas eran grandes y las ráfagas de viento muy fuertes. Nosotros veíamos como las planchas de zinc volaban. Aquí no tenemos como medir, pero sopló fuerte y fueron rachas sostenidas. Sí, esto estuvo feo aquí, pero lo enfrentamos y para adelante, y ahora a arreglarlo todo, porque esa es la tarea de nosotros. Esto es de todos”.
Las unidades empresariales de Base Nuevita, Puerto de Vita y Puerto Carúpano, ubicadas en el litoral norte de las provincias de Camagüey, Holguín y Las Tunas, respectivamente, tuvieron serias afectaciones como consecuencia del paso del huracán Irma por el archipiélago cubano.
Así lo asegura Ángel Fonseca González, director adjunto de la Empresa de Servicios Portuarios Centro-Este, a la cual se adscribe, también, Guayabal, en el sur de Las Tunas, esa a mejor resguardo de los vientos huracanados por su ubicación geográfica.
“Las tres primeras fueron las más afectadas. Aquí, en Puerto Carúpano, los daños mayores estuvieron, fundamentalmente, en las cubiertas de los talleres, algunas naves y el pañol.
Mercancías resguardadas
“Tenemos dos almacenes, el uno y el cinco, que en el momento del azote tenían alrededor de 11 mil toneladas de azúcar, divididas en cuatro mil destinadas a la economía interna de la provincia y las restantes en un pies de estiba para la exportación.
“Las afectaciones en ambos depósitos estuvieron dadas en las puertas de entrada, que las destruyó completamente, y otras más leves en las cubiertas.
“Nosotros como medidas preventivas habíamos resguardado bien toda la mercancía, tapadas con encerado, con lo que minimizamos los daños que son visibles en alguna humedad en los pisos de abajo del azúcar, pero en sentido general, no son tan notables.
“Ya los especialistas de Tecnoazúcar, que son nuestros principales clientes, estuvieron por aquí y estamos coordinando para hacer una extracción de 400 toneladas para la economía interna y poder, entonces, hacer una remoción del azúcar de exportación y clasificarla de acuerdo con su calidad.
A pesar de estar frente al mar, las grúas pórtico de la Unidad Empresarial de Base Puerto Carúpano, en el municipio de Puerto Padre, en Las Tunas, sortearon con éxitos las fuertes ráfagas que el huracán Irma regó por todo el archipiélago cubano, y lo hicieron gracias a las acciones preventivas del colectivo laboral.
“Ya tenemos experiencias de eventos de esta naturaleza. Unos con más fuerzas que otros, pero igual de peligrosos para esta técnica –que es muy costosa- e imprescindible en nuestras labores”, dice Ángel.
Y explica que la unidad cuenta con cuatro de estas grúas, dos con capacidad de izaje de 12 toneladas y las otras de 20, “lo que hicimos fue levantarles los boom para que giraran en el mismo sentido de los vientos y ya ven, ahí están levantadas como si nada. La grúa de embarque de azúcar a granel tampoco tuvo problemas. Sin embargo y a pesar de que desmontamos algunas y otras las aseguramos, sufrieron algunos daños las cubiertas de las bandas transportadoras de azúcar, pero pronto todo estará en orden”, remarca Ángel, confiado en la capacidad de respuesta de los trabajadores.