Enel es un niño camagüeyano de apenas dos años que ha perdido un poco la alegría, pues ha tenido que aceptar estar lejos de los suyos, de los amigos y de la casa. Y es que desde hace nueve meses le afecta un nefroblastoma o tumor de Wilms, una neoplasia maligna del riñón y el segundo tipo más frecuente de cáncer abdominal en niños.
Su salud está mejor, pero no le gusta estar encerrado. Es de los que prefiere “mataperrear” y jugar con su hermana. Por eso no sonríe mucho. Pero este viernes algo cambió, no se sintió tan preso, ni le molestaron las agujas, ni las consultas constantes de los médicos; ese día volvieron a brillar sus ojos.
Y es que, como desde hace dos décadas, trabajadores y dirigentes del sector del turismo en Camagüey se llegaron hasta la sala de Oncología, Hematología y Neurocirugía del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, para en forma de juguetes, dulces y materiales de aseo alegrarles la mañana a los pacientes.
“Tradicionalmente realizamos esto dos veces al año, pero decidimos hacerlo ahora como parte de las actividades por el Primero de Mayo.
“Además, mantenemos los ingresos a la cuenta bancaria de ‘Mi aporte a la vida’, iniciativa de Fidel Castro, donde los trabajadores del Sindicato Nacional de Hotelería y Turismo directos al servicio donan parte de sus propinas. Hasta la fecha hemos entregado mil 800 dólares de un plan anual de alrededor de 5 mil”, aseveró Leonardo Álvarez Leyva, secretario general del buró provincial del sindicato.
“Esto nos regocija”, explica Tania Marshall López, camarera del Gran Hotel, quien en sus 25 años de trabajo ha asistido a varias donaciones y es de las primera que no piensa si a su familia le hace falta o de si es mucho dinero.
“Cuando entregamos las cosas vemos como les cambia el rostro y se divierten en la actividad. Nos ponemos en el lugar de la familia y solo pensamos en darles alegría”, concluye.
Según Yordanka de Armas González, jefa de sala, ese momento es muy importante para ellos, “siempre están esperando alguna actividad, porque desde que entran sienten como que les invadimos su espacio y rechazan mucho la estancia aquí, por eso se emocionan tanto y agradecemos cada iniciativa que tengan con ellos”.