Alicia, el célebre personaje de Lewis Carroll, le viene de maravillas a Teatro de Las Estaciones. Es más, uno se pregunta cómo es que no lo habían asumido antes. La singular compañía de titiriteros —para muchos, la mejor de su tipo en Cuba— ha estrenado en Matanzas —la ciudad de la agrupación— un montaje que tiene a la intranquila niña como protagonista: Alicia. En busca del conejo blanco.
Les viene muy bien —decíamos— porque toda esa fantasía desbordada de las historias de Carroll (fantasía con ciertos toques de delirio) tiene mucho que ver con el estilo interpretativo y la visualidad del conjunto. Hay que decirlo: pocas agrupaciones titiriteras de este país han creado un universo tan multicolor y hermoso de muñecos, cuentos y poesía.
Con Alicia…, Las Estaciones redondea una cifra considerable de espectáculos: 30, justo en el año en que celebran su aniversario 19.
No se trata de versionar rígidamente las dos noveletas de Carroll (Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí), sino de tomarlas de punto de partida para acercar ese legado al contexto cubano, y establecer así vasos comunicantes con nuestras propias tradiciones.
El elenco está integrado por Fara Madrigal, Migdalia Seguí, Rubén Darío Salazar (actores experimentados), junto a la nueva generación de Las Estaciones: Iván García, María Laura Germán, Karen Sotolongo y Luis Toledo. La música, interpretada por maestros de la Orquesta Sinfónica de Matanzas, fue concebida por Elvira Santiago. La coreografía, como es habitual en las puestas de la agrupación, es de Liliam Padrón.
Los diseños de escenografía, vestuario, figuras y luces son de uno de los grandes de la escena cubana: Zenén Calero, que también se ocupa de la dirección artística de la puesta.
Después del estreno matancero, la compañía tiene programadas funciones en el Teatro de la Orden Tercera (Oficios, esquina a Churruca, La Habana Vieja), 23, 24 y 25 de agosto, siempre a las 4:00 p.m.