Cuba se despidió gallarda, pero endeudada del XIV campeonato mundial de atletismo. El joven triplista Pedro Pablo Pichardo luchó en el cierre contra lo imposible hasta el sexto salto para sacar una medalla de plata que, en medio de la sequía de títulos, se convirtió en la mejor actuación de nuestra comitiva en la capital rusa.
El antillano arrancó delante con un primer brinco de 17,38, pero rápidamente el francés Teddy Tamgho le respondió con 17,65, lo cual fue remontado en el próximo intento por el nuestro con 17,68. Las emociones finales sonrieron al galo, quien se estiró hasta los 18,04 en su último intento —tercera mejor marca de todos los tiempos—, a lo cual no pudo llegar Pichardo.
La demostración del joven campeón mundial juvenil del 2012 llenó de regocijo a todos, pues no solo se batió con lo mejor de su prueba —no faltó ningún jerarca—, sino que ratificó a la escuela cubana de triple salto como la única con finalistas en todas las ediciones del orbe desde Tokío 1991, al tiempo que se ubica tercera en preseas (1-3-2), detrás de Estados Unidos (4-2-4) y Gran Bretaña (3-2-2).
Pichardo declaró en la conferencia de prensa sentirse complacido con este debut plateado al más alto nivel, pues solo fue derrotado por un fuera de serie como Tamgho, al que entrena desde hace años otro cubano muy conocido, el multicampeón Iván Pedroso.
Con este resultado, Cuba se ubicó finalmente en el lugar 23 por medallas al sumar los bronces de Yarisley Silva y Yarelis Barrios, el desempeño más bajo desde el puesto 24 obtenido en Roma 1987. En el apartado por puntos caímos al escaño 14 con 32 unidades, la menor compilación desde la cita de Helsinki 1983, cuando apenas logramos 11 cartones.
Sin restar méritos a las faenas de algunos atletas: Leonel Suárez y Jorge Fernández (10 en decatlón y disco) o Yaimé Pérez (11 en disco), ubicar a solo siete nombres entre los ocho primeros del planeta es muy pobre para una nación respetada siempre en este concierto. Por supuesto, esta caída se veía venir, aunque algunos directivos albergaban la idea de alcanzar un título, que nos subiría en el medallero, pero hubiera podido comprometer el futuro pensando que toda marcha bien.
Es imperioso repensar el atletismo cubano, pero hacerlo desde el trabajo de base, con mejores condiciones de entrenamiento, renovación consciente en algunas pruebas y sobre todo, con la recuperación de aquellas que siempre dominamos y en las que hoy no figuramos a nivel universal: jabalina, salto largo, relevos, 800 metros, salto de altura, por solo citar los ejemplos más visibles.
Queda tiempo hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 para corregir errores y no lamentarse más de quienes no están porque decidieron retirarse o abandonarnos. Si talentos y conocimiento científico hay por montones en el país, ¿qué falta entonces? Digámoslo sin miramientos: trabajo creativo, organizado y ser más precisos en los recursos a invertir. Lo demás, nace solo.
Bolt, el rayo del mundial
Cayó el telón del tercer certamen deportivo más importante del planeta. La edición moscovita fue un éxito deportivo, económico y publicitario, con dos figuras cumbres que alcanzaron tripletes dorados y representan a Jamaica, reyes indiscutibles de la velocidad: Usain Bolt y Shelly-Ann Fraser.
Bolt subió al pináculo más alto en la historia de estas citas, pues acumula ocho oros y par de platas, mejor que los estadounidenses Carl Lewis (8-1-1) y Michael Johnson (8-0-0). Lejos de cualquier calificativo, su carisma y calidad le proporcionan un impresionante expediente al que todavía le faltan varias páginas por llenar.
Su compañera Fraser lo imitó a la perfección (100-200 y relevo 4×100) con una magia menor, pero irresistible para sus rivales. Otro imposible de pasar por alto en el recuento es el británico Mohamed Farah, monarca en 5 mil y 10 mil.
Rusia dominó el apartado de las medallas (7-4-6), escoltada por Estados Unidos (6-14-5) y Jamaica (6-2-1), mientras en la clasificación por puntos los norteños fueron primeros con 282 unidades, seguidos por los locales (183) y Kenya (139). La XV edición de estas citas será en Beijing dentro de par de años.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
De lo quer fue a lo que es no queda nada y ahora estan tratando de reverdecer deporte olvidados como el sofbol que tuvimos un equipo buenisimo,se borro la gimnasia tanto la ritmica como la artistica,el polo acuatico ni se nombra y los relevos que dieron tantas medallas y momentos buenos en Ciudad Mexico y Munich les espera una larga carga y poner cada cosas en su lugar el deporte hoy dia es una fortuna manejando atletas y entrenadores a los que mas tienen en preparar,deporte significa en este tiempo a dinero hoy manana para eso se vive a nivel mundial
Excelente el artículo porque nombra las cosas como son. Aquí se mencionan algunos puntos importantes que si los dirigentes fuesen más autocríticos no estarían pasando: No lamentar la ausencia de nadie y mejor concentrarse en los que aún están además de ser más precisos con los recursos a invertir. Hay que recordar cada día que países económicamente más fuertes no obtienen medallas en todos los deportes ni en todas las disciplinas deportivas. Si Cuba tiene menos recursos pues a priorizar los deportes que ocasionen menos costos y produzcan más éxitos en competencias globales, no zonales.