Reflexionemos sobre una de las enfermedades más temidas, como casi todos los padecimientos mentales. Muy pocas personas la abordan, principalmente si la padecen; sin embargo, cuando está en el seno familiar nos afecta a todos.
Hablamos de la depresión, esa que genera ansiedad y afecta la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas, las más simples, lo cual causa en ocasiones efectos nefastos en las relaciones con la familia y los amigos, en lo profesional y en los estudios.
Fuentes médicas internacionales destacaron a principios de año que anualmente 300 millones de personas son golpeadas por tal padecimiento. El 16 % de los casos se dan en Latinoamérica. La depresión, en su expresión más grave, puede llevar al suicidio.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) demuestran que actualmente es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, con una cifra de 7 fallecidos por hora; impactante y cruda realidad.
El doctor y economista Cristian Morales, representante de la OPS/OMS (Organización Mundial de la Salud) en Cuba, destacó que este año las acciones por el Día Mundial de la Salud, el 7 de abril, estuvieron encaminadas a detener la manifestación más dura de la depresión: la que lleva al paciente a privarse de la vida. “Es un tema que golpea la esencia misma de la sociedad; frena el bienestar familiar, el futuro y los proyectos de nación que queremos construir.
“Lo más intimidante de esta enfermedad es que no discrimina sexo, edad, ocupación laboral, nos puede afectar a todos. Es un fenómeno de causas complejas, físicas y morales. Quienes viven en condiciones donde existen determinantes sociales inestables son más vulnerables a padecer este trastorno”.
No obstante, las sociedades sí lo hacen, sí estigmatizan. “Esto es lo que explica que se hable tan poco de la depresión. Todos los que la sufren merecen apoyo, respeto y atenciones de calidad. Transmitir el mensaje, hablarlo, es el primer paso para reír”, puntualizó Morales.
Se puede prevenir y tratar. Una mejor comprensión de qué es y de cómo puede evitarse y curarse contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad.
Un mal que socava sentimientos y actuaciones
La depresión es tal vez la más irreconocida, no diagnosticada y no tratada de las enfermedades médicas; los costos directos e indirectos son mayores que cualquier otra (excepto las cardiovasculares), por esta razón algunos investigadores la denominan como la epidemia silente.
Está caracterizada por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las tareas que normalmente se disfrutan, así como por la incapacidad de llevar a cabo funciones cotidianas. Se nutre de acontecimientos trascendentes como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación, la enfermedad física y los problemas provocados por el uso de alcohol y de drogas.
El galeno Ignacio Zarragoitía Alonso, especialista en segundo grado en Psiquiatría del Hospital Docente Hermanos Ameijeiras, precisó que el indicio radica en el cambio de la manera en que la persona actúa, siente y piensa.
“Actividades que eran fáciles y agradables como pasar un tiempo en familia, leer un libro, tener relaciones sexuales, toman más esfuerzo en este estado y a veces son imposibles de realizar”.
Los síntomas más frecuentes son pérdida de energía, alteraciones del apetito, necesidad de dormir más o menos de lo normal, ansiedad, dificultades para concentrarse, indecisión, inquietud, sentimientos de inutilidad, culpa y desesperanza y pensamientos de autolesión o suicidio.
El doctor Zarragoitía expuso que dicho padecimiento aumenta el riesgo de sufrir otras enfermedades no transmisibles, como la diabetes o las cardiovasculares. “A su vez, estas pueden ser el inicio de un cuadro depresivo”.
Según la bibliografía médica, dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, puede clasificarse como leve, moderada o grave. “Una distinción fundamental es la que hay entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos”, destacó el también profesor de Psicología.
“El trastorno afectivo bipolar también es una tipología”. Este tipo de depresión —dijo— se caracteriza por ciclos maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Los sucesos maníacos se desarrollan con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.
Otra muy común es la depresión postparto. Sentimientos de agobio, llanto persistente sin razón aparente, la falta de lazos de afecto con el bebé, y dudas sobre la propia capacidad de cuidar de una y del niño, son elementos que la distinguen.
Los médicos aconsejan que si después del parto la mamá siente tristeza, ansiedad o rechazo al bebé, busque ayuda; la depresión puede afectar la salud de la madre y el desarrollo del recién nacido.
Entre las estrategias comunitarias eficaces para prevenir la depresión, la doctora Carmen Borrego Calzadilla, jefa de la Sección de Salud Mental del Departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), citó los programas escolares para promover un modelo de pensamiento positivo entre los niños y adolescentes.
También mencionó las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta, que pueden reducir los síntomas depresivos de los papás.
El país cuenta con una red de servicios especializados para el cuidado de la salud mental. En la actualidad existen 136 departamentos municipales para este fin ubicados en el primer nivel de atención. Según datos del MINSAP, el segundo nivel cuenta con 17 servicios de psiquiatría en hospitales generales y clínico-quirúrgicos, 15 para la atención infantojuvenil en hospitales pediátricos y 19 hospitales psiquiátricos.
Además, Cuba presenta un servicio de Consejería Telefónica (103) las 24 horas del día, gratuita, confidencial y anónima, con un personal calificado, que aun cuando brinda información y orientación acerca del manejo de las adicciones, un número considerable de las llamadas ha solicitado ayuda psicológica por trastornos depresivos.
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Uno de los estereotipos más comunes es asociar a los adultos mayores con la depresión, aunque no es lo más inquietante, sino la cantidad de personas de 60 años y más que viven solas. Para el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del MINSAP, Cuba no está exenta de dichas circunstancias. “Se estima que entre un 13 y un 15 % de los adultos mayores viven solos”.
Por eso es tan necesario cuando llega la hora de la jubilación crear un proyecto de vida, que permita a las personas disfrutar de esa etapa de la vida.
“Felizmente en el país contamos con proyectos para el disfrute de la tercera edad. Uno que en ocasiones pasamos por alto es el círculo de abuelos, lugar idóneo para la socialización y realización del ejercicio físico, y para mantener una buena autoestima. Es importante que el adulto mayor sienta que un espacio del día es para él”, subrayó Fernández Seco.
El tema del cuidado —explicó— es el principal reto que tiene la sociedad cubana. “Seguir incrementando la cultura de cuidadores mejorará las relaciones en la familia. Nadie está preparado para atender a un longevo por lo que muchas veces ambos caen en la depresión”.
Esclarecer los elementos que componen la depresión es una de las fórmulas para llegar al optimismo.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el año 2014. Desde entonces se dedica a escribir e investigar sobre temas sociales, envejecimiento y de dinámica de población. Además es una de las redactoras principales de la página de Salud, especializándose en temas relacionados con la salud, la ciencia y tecnología. Ha asistido a varios cursos de postgrado, en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas y en el Instituto Internacional de Periodismo; relacionados con el estudio de la sociedad cubana .
Creo que es muy importante la publicación de este artículo, llevo un año padeciendo esta enferemedad y la considero la peor de todas, ya que nada la alivia, te interfiere mucha en las actividades cotidianas. Gracias a Dios mi familia me apoyó en todo momento. Quisiera agradecer al colectivo de doctores del Hospital Psiquiátrico Galy García del Municipio Boyeros por tanto amos a sus pacientes, donde participé en el Hospital de día # 2 y a mis compañeros de psicoterapia. Gracias al colectivo de TRABAJADORES POR ESTA PUBLICACIÓN.
Pienso que este artículo es muy importante sobre todo para dar luz sobre esta enfermedad que es incomprendida por casi todas las personas. En mi caso padezco de trastorno bipolar y fui diagnosticada hace poco, las crisis depresivas han sido muy difíciles para mí y gracias que tuve el apoyo de mi familia todo el tiempo sobre todo de mi mamá que me cuido siempre. El respeto, la comprensión y el apoyo son fundamentales para afrontar esta enfermedad y buscar un motivo para vivir.