Diversificar las producciones, exportar más y potenciar las mini industrias, fueron los principales pronunciamientos de los delegados y los invitados al VII Encuentro Nacional del Movimiento Político Productivo de las Cooperativas de Frutales, celebrado los días 18 y 19 del presente mes, en la provincia de Ciego de Ávila.
Este grupo de vanguardia, que en el presente año cumplirá un lustro de su reunión con el General de Ejército Raúl Castro Ruz, lo integran 4 mil 512 productores de 206 unidades. Su volumen de producción creció en el 2016 hasta superar las 104 mil 860 toneladas cosechadas, pero aún no satisface las demandas del mercado.
En tal sentido, Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura, recalcó la necesidad de no solo producir mango, aguacate, guayaba, mamey y otras frutas principales, sino también variedades conocidas en el mundo como frutillas.
“Le hemos dado la tarea a la Unidad Científico Tecnológica de Alquízar, perteneciente al Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical, de extender, de forma gradual, los cultivares que hay allí a los miembros de este movimiento”, ejemplificó el dirigente.
Destacó la existencia ya de una industria cubana de sistemas de regadío, muy determinante para elevar la producción de alimentos frente a la sequía que agota las fuentes superficiales, máxime que en la actualidad solo tiene áreas bajo riego con valor de uso el 7,2 % de la superficie agrícola del país.
Se conoció que las estrategias tributan al empeño por avanzar más rápido en el programa de exportaciones, las cuales en el período analizado totalizaron 5 mil 524 toneladas de frutas frescas y vegetales e ingresos de 3 millones 252 mil dólares. Tales resultados están por debajo de las potencialidades de la nación, pues solo cumplen la tarea cooperativas de la provincia de Artemisa.
Hay que estudiar cuidadosamente todas las variantes de la exportación y aprovechar las ventajas de los precios en el mercado internacional. Una tonelada de mango fresco cuesta 2 mil 610 dólares y la pulpa de fruta se cotiza a mil 218, dijo Ulises Rosales del Toro, vicepresidente del Consejo de Ministros.
El debate giró en torno también a abastecer de pulpa a la industria láctea, con vistas a que los cubanos consuman helado con sabor a frutas tropicales y disminuya la importación de vainilla, fresa y otros productos costosos.
Lázaro Hernández, uno de los líderes de la fruticultura en Cuba, dijo que la vinculación de las mini industrias con la gran industria, experiencia que mostró a los participantes la Empresa Agroindustrial Ceballos, del territorio avileño, es el principio de la revolución industrial en el Ministerio de la Agricultura.
El también asociado a la CCS Antonio Maceo, del municipio de Bejucal, en Mayabeque, alertó: “El movimiento está decreciendo en la guayaba, cultivo que da financiamiento rápido y seguro, porque estamos sembrando mucho mango, aguacate y mamey. Además, debe plantarse coco en el perímetro de cada finca, no solo por ser el renglón insignia de la fruticultura cubana, sino por su impacto en la sustitución de importaciones”.
Tomando como ejemplo la gestión del polo productivo de Ceballos, Félix Duarte Ortega, primer secretario del Partido en Ciego de Ávila, expresó en las conclusiones del evento: “Este movimiento vanguardista tiene potencialidades para entregar mayor cantidad de frutas frescas con destino al consumo de la población”.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.