Cargando...Si Enedina Cárdenas Olivero se mantiene aún como taxista en la Base No. 23 de la Agencia Cubataxi, en La Habana, es porque en 1991 demostró que a las cubanas no se les podía excluir de ninguno de los derechos que les pertenece. En ese entonces se iban a desarrollar en el país los Juegos Panamericanos y entregaron a la entidad nuevos carros.
“El administrador decidió que todos los elegidos fueran hombres. No tuvieron en cuenta a las mujeres; en ese momento yo era vanguardia nacional, incluso, había viajado hacía poco a la desaparecida Unión Soviética.
“Como dirigente sindical indagué por qué no había ninguna de nosotras en la propuesta para trabajar en el evento. La respuesta del jefe fue que a nivel mundial ninguna mujer manejaba a turistas.
“Me di cuenta de que estábamos siendo discriminadas, y como no me quedé conforme, fui a la CTC provincial, pero no me hicieron caso, por lo cual llegué a la nacional. Expusieron que iban a investigar, pero al final, ya el evento había empezado y nosotras no estábamos entre los escogidos.
“Cuando terminaron los juegos, le dirigí una carta a nuestra querida presidenta de la FMC, Vilma Espín; la reclamación fue escuchada. Logramos lo que como mujer es y buenas trabajadoras nos correspondía. Nos dieron la oportunidad de incorporarnos a los Panataxis. Y hasta me envió a Heidy González Cabrera, periodista de la revista Mujeres, para que hiciera un trabajo, el cual se llamó Un peldaño más hacia la victoria”.
Competencia demostrada
La historia me la contó Enedina, mientras se desarrollaba el Primer Encuentro de Mujeres Transportistas, organizado en La Habana por el Grupo Empresarial de Transporte Automotor. Desde hace 42 años se mantiene al frente del timón y jamás ha tenido una sanción, o un accidente automovilístico. Con sus razones, intervino en el evento.
Según su punto de vista, y tal como lo confirman los datos, las féminas no están en mayoría. “En mi base son 150 choferes, de ellos, solo 10 mujeres. Hay que seguir incorporándolas, frente al timón, somos tan competentes como ellos”.
Imandra Muñoz Sabina es hoy una de las cuatro directoras de Agencias de Taxis (la No. 7), en la capital y tiene el desafío de dirigir a 254 choferes, de estos, 144 con la categoría de arrendados, 100 como ayudantes y cuatro de reserva. Hay cuatro mujeres, una sola como arrendada.
En su criterio no ha existido discriminación. “Cuando empecé en esta empresa, en el año 2000 entonces en la agencia Gran Card, se lanzó una convocatoria para choferes de Coco-Taxis y nuestro hoy director general precisó que 100 tenían que ser mujeres. Felizmente se cubrieron las plazas.
“Posteriormente a eso fueron mejorando su posición laboral. Pero luego del proceso de reordenamiento laboral, en el 2014, en comparación con los hombres, ellas tuvieron menos oportunidades en la evaluación de la idoneidad. No por la calidad de su trabajo, sino porque son las mujeres al final las que más complicaciones tienen. Son las que llevan a los niños o a los padres al médico, atienden a las familias. No obstante, muchas están en otras agencias y diferentes servicios de la entidad”, afirmó Imandra.
Si conducir un taxi es difícil, en otros vehículos es casi imposible. En el auditorio, algunos se preguntaron cuándo una mujer podrá manejar una guagua en la Empresa Nacional de Ómnibus (ENO) o algo más atrevido como una rastra. ¿Será imposible? Eddy Raúl Cárdenas, director del grupo, dijo que nada lo impedía, solo hacía falta que ellas se lo propusieran. Pero lo cierto es que para acceder a un Yutong, hay que acumular experiencia como chofer.
Rafaela Leyva Freyre, directiva en la EON, afirmó que ellas representan el 37,9 % de los cuadros y significó que cuatro unidades empresariales de base son dirigidas por mujeres. En su opinión, las causas de la poca presencia femenina en el sector, en particular en su empresa, está en la “doble labor como trabajadora y ama de casa, en un trabajo que requiere largas horas de permanencia.
“Están además, las concepciones machistas, tanto de las mujeres como de los hombres, sobre el desempeño en la conducción de ómnibus y en tareas de mecánica”, acotó.
“Tenemos que visualizar y preparar a aquellas con aptitudes para ocupar cargos de dirección, pues se ha demostrado su alto compromiso y responsabilidad en estas actividades y un elevado reconocimiento de su trabajo en colectivos mayoritariamente masculinos. También es preciso identificar a conductoras con la experiencia para incorporarse a nuestros servicios”, aseveró.
Por su parte, Fermín Umpierre Iraola, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transporte y Puertos, destacó que el 63 % de los cuadros de ese sindicato son mujeres
Cambiar la mentalidad
Cuando Miriam Arado López se paró delante de sus compañeras para narrar su experiencia en la Empresa de Transportación a Granel (Etag) dijo sentirse como si fuera una ministra, pues nunca en su trayectoria laboral había estado en el estrado del Palacio de Convenciones. Ella es hoy la única mujer que forma parte de la dirección de la Etag.
“En nuestra empresa representamos el 24 por ciento. “Un 35 % de los hombres son choferes de rastras. Durante las 24 horas del día garantizan la descarga de buques graneleros que operan fundamentalmente por los puertos de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba, así como el llenado y extracción de silos”.
Aún no está satisfecha. “Existen las empresas del transporte directivos que no han cambiado totalmente su mentalidad y no se visualiza y prepara a mujeres como reservas de cuadros y futuras directivas del país”, afirmó.
Las estadísticas de la fuerza de trabajo no se elaboran ni analizan con sentido de género, expuso Madeline Llerena Castaño, al presentar la estrategia de género del Grupo Empresarial de Servicios Automotor.
Entre los argumentos dados al explicar la poca presencia femenina en este sector, están que aún no se logra un número significativo de mujeres matriculadas en especialidades relacionadas con el transporte, en los centros politécnicos de la especialidad, solo el 12 % es femenino; no se trabaja para incrementar la participación de niñas en los círculos de interés y tampoco consideran los temas de género en los diferentes programas de preparación.
La creación de un órgano asesor de la dirección del Grupo Empresarial denominado Comité de Género, cuya misión es estudiar, proponer, instrumentar y controlar las acciones principales para conseguir la representatividad de la mujer donde sea posible es, en esencia, un aspecto loable en este grupo, que tiene como principal logro comenzar a analizar el asunto con un enfoque de género.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.
