Los trabajadores de la fábrica de conservas La Conchita, de Pinar del Río, comenzaron desde diciembre el procesamiento del tomate maduro, antes del arranque tradicional, debido a la llegada constante de cientos de toneladas (ton) desde los campos del territorio.
El tomate arriba al centro a ritmo de 130 ton diarias, situación que debe garantizar abastecimiento para todo el presente año, precisó Fara María Pérez Hernández, directora de la UEB.
En este escenario, impulsados por un sistema emulativo sindical denominado Mi aporte a la campaña, se labora en dos turnos para cubrir las 24 horas y cumplir los planes de su materia prima fundamental –unas 4 mil 100 toneladas de conservas–, lo cual representa un 49 por ciento de la producción total de la industria.
Esto demanda un esfuerzo superior de los integrantes de la unidad, para alcanzar las metas y mantener en condiciones el equipamiento con varios años de explotación.
“Se estimula, material y moralmente, a los mejores en las distintas áreas –jefes de brigada, integrantes de cada turno, mecánicos, conductores de montacargas, personal de mantenimiento e indirectos– en chequeos cada 15 días. Los secretarios de secciones sindicales chequean constantemente la calidad, así como la entrega y uso de los medios de protección”, explicó Idarba Ruiz, secretaria del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca en la provincia.
Según añade Pérez Hernández, se augura una estabilidad provechosa en el suministro en contraste con el año 2016, cuando las malas condiciones de la naturaleza afectaron fuertemente las estructuras de la agricultura en la provincia. En esos momentos, recibieron ayuda con materia prima de otras provincias, lo que permitió cumplir su compromiso hacia destinos como consumo social, turismo, dietas médicas y la gastronomía.