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Avanza el año, a Camagüey se le acaba el agua, y no se ve lluvia en el horizonte. La situación es de alerta, las precipitaciones solo alcanzan el 2 % del promedio anual y el 65,8 % de la población tiene acceso al servicio de acueducto con conexión a domicilio.
La sequía persiste y es momento de actuar, pues las presas más deprimidas son las destinadas a la agricultura. Y aunque la capacidad de almacenamiento de la provincia es superior a mil 200 millones de metros cúbicos, la segunda en este indicador a nivel nacional, los litros guardados para el abasto de la población se encuentran a un 48,8 %, valor inferior al volumen histórico.
Una fábrica acechada por la sequía
El procesamiento industrial del tomate es una de esas líneas de producción alimentaria afectadas por la poca disponibilidad de agua, aunque, hasta ahora la labor marche a buen paso gracias a la estabilidad en la entrega de la materia prima.
Según datos ofrecidos por la unidad empresarial de base de Conserva de Vegetales, durante el actual calendario se deben procesar cerca de 6 mil 800 toneladas de tomate, las cuales se convertirán en cerca de mil toneladas de puré y salsas, un 15 % superior a la etapa precedente.
José Molina Álvarez, jefe de producción de la entidad, aseveró que la fábrica El Mambí, de la capital provincial, y la ubicada en Camalote elaborarán puré de tomate, que comercializan en los polos turísticos del país, además de diferentes salsas condimentadas que se expenden en la red minorista de tiendas, y se entregan al consumo social.
Hasta la fecha la industria camalotense, la de mayor plan con 4 mil 800 toneladas, sobrecumple lo programado, pero sus buenos resultados se pudieran revertir. En estos momentos la línea de vita nuova y de mermelada de mango concentrada ya tienen detenidos sus motores debido a la carencia del preciado líquido, y la misma contrariedad pudiera extenderse a otras áreas productivas si persisten las actuales condiciones climáticas.
El hecho es que el agua de que disponen no alcanza para satisfacer las necesidades del proceso industrial, y como promedio demandan unos 4 mil 600 litros por día. Mientras, la capacidad de las dos cisternas de la industria rondan los 500 mil, y los pozos que las abastecen no consiguen mantener un suministro estable en los cada vez más prolongados períodos secos.
“Este es un problema de toda la vida, reconoce Aldo Zamora Rosales, administrador de la entidad, pero ante la gravedad de este año, hemos tenido que emplear alternativas como el bombeo por turnos y coordinar mayores entregas por parte de la empresa de acueducto”.
Si bien existe posibilidad de conectarse a la conductora que abastece el cercano balneario de Santa Lucía, esa inversión resulta significativamente costosa y deberá transitar por los correspondientes procesos de estudio y aprobación. En otras palabras, no se incluye entre las opciones de corto plazo.
“Para no perder ni un kilogramo de tomate estamos apelando al ahorro”, apunta Zamora Rosales. “Además, recibimos una asignación de energía eléctrica para que Acueducto pueda bombearnos un poco más de agua sin afectar el abasto a la población y ver si así se puede seguir produciendo vita nuova y mermelada”.
RESPUESTAS
Ante la crítica situación, se emprenden acciones. Entre ellas, sobresale la reparación de varias estaciones de bombeo y plantas potabilizadoras, y el mantenimiento integral de la conductora Amistad Cubano Búlgara, la principal abastecedora de la capital agramontina, donde reside más de un tercio de los habitantes de la provincia.
El objetivo es mejorar la calidad sanitaria del agua y ampliar la cobertura del servicio, aseguran directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en la provincia. Pero en lo que “San Pedro ayuda” se debe exigir también por el cumplimiento de las contrataciones y por el uso racional de los sistemas de reserva, además de ahorrar todo lo que se pueda, pues los especialistas aseguran que en la ciudad de Camagüey se pierde alrededor del 45 % del líquido que se bombea; “reparar” redes y conciencias será la única opción.
