Santa Clara ha vuelto a vestirse de verde olivo. Los pioneros con atuendos del Ejército Rebelde, adornados con pañoletas azules y rojas toman la ciudad del centro de Cuba, tal como cuando fue liberada por la Columna #8 Ciro Redondo que comandaba el argentino Ernesto Guevara, en diciembre de 1958.
Al frente de ellos uno con boina negra de estrella solitaria y brazo enyesado recuerda al Che, otros enarbolan banderas cubanas y del 26 de Julio, le siguen muchos que evocan aquellos combatientes que asaltaron la ciudad y quienes con el triunfo de ella lograron dar el puntillazo final a la tiranía batistiana.
Esta vez se escucha el sonido de las ametralladoras, también vítores y gritos de guerra, acompañados de himnos y cantos patrióticos, y junto con la rememoración de las acciones de la épica batalla se recuerda al líder indiscutible de la Revolución cubana: El Comandante en Jefe Fidel Castro y se evoca vivo desde su eterna presencia.
Los jóvenes aseguran sentirse continuadores de la epopeya que conmovió a un pueblo, ese que ha triunfado y saltado obstáculo por más de medio siglo y que ha defendido su soberanía y dignidad y que está dispuesto a cumplir con el concepto de Revolución del líder histórico.
La toma simbólica de la ciudad de Santa Clara incluye los diferentes puntos en los que actuó la tropa rebelde; entre ellos la Universidad Central de Las Villas, la carretera a Camajuaní donde cayeron los primeros combatientes, la Loma del Capiro, el descarrilamiento del Tren Blindado, los entonces cuarteles Los Caballitos y el 31, la Estación de Policías, la Cárcel, todas estas instalaciones actualmente escuelas de diferentes niveles educacionales, y la Audiencia…
En Santa Clara se revive la historia. También se reconocen a quienes la hicieron y fueron sus protagonistas, pues combatientes de la provincia recibieron a medalla 60 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.
Momento de especial significación pues se dignifica la vida de aquellos que pusieron su juventud en aras de un ideal y confiaron en construir una obra humana y trascendente: La Revolución Cubana.