Bien temprano, con los brazos prestos a recoger papa, desyerbar boniato, chapear marabú o cuanta tarea agrícola fuera precisa, los trabajadores cubanos volvimos este 9 de marzo a una jornada de labor voluntaria en nuestros campos. Y vimos al joven, al padre con su hijo, al obrero más experimentado, a la mujer, al jubilado, al dirigente, a familias enteras.
Cumplida la meta y no con cifras engañosas, sino con el aporte real que agradece la sociedad, la mañana terminó, cual inning decisivo y comprometido, con la convocatoria a la cita más numerosa y masiva de todas las que se convocan en Cuba cada año: el desfile por el Primero de Mayo.
Desde un campo de Güines, el secretario general de la CTC, Ulises Guilarte De Nacimiento lo dijo sin ambages. Ese día demostraremos inequívocamente el respaldo mayoritario a nuestra Revolución, concepto que, coincidentemente, definiera el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hace 25 años en la Plaza de la Revolución, durante una concentración de pueblo el primer día del quinto mes del año.
Todas las iniciativas, respaldos e historias para contar están abiertas a los colectivos, empresas, secciones sindicales y cuantas personas o cooperativas quieran sumarse. Esta misma semana, el 11 de marzo, recordaremos una fecha esencial para el movimiento sindical: la muerte del Capitán de la Clase Obrera, Lázaro Peña.
La voluntad de seguir unidos para defender nuestro proyecto social fue explícita este domingo. Y los brazos quizás llegaron más cansados a las casas, la cintura dolía y la tierra colorada se impregnaba en nuestras manos y cabellos. Pero ningún editorial periodístico podrá resumir tanto frenesí en unas lí- neas, porque las ideas más justas, más claras, más sinceras se llevan en el medio del pecho para luchar por ellas. Nuestro esfuerzo, nuestro mayo, ahí vamos.