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De las vegas, su verdor (Fotorreportaje)

La campiña cubana tiene entre sus cautivadores paisajes a las tierras  desde donde proviene nuestro tabaco.

 

 

Foto: Heriberto González Brito

 

Por las manos de los agricultores pasa la aromática hoja. Lo hacen con minucioso cuidado mientras realizan la atención cultural a las plantaciones. Llega la cosecha y corresponde llevar a cabo un proceso que incluye diversas etapas como la escogida, fermentación, secado y concluye con la manufactura en las tabaquerías.

 

Foto: Heriberto González Brito

 

Foto: Heriberto González Brito

 

Foto: Heriberto González Brito

 

Foto: Heriberto González Brito

 

A grandes rasgos esa es la trayectoria antes de llegar a la actividad fabril en la que hábiles manos de hombres y mujeres dan el “toque final” que convierte al tabaco en un producto de excelencia exclusiva.

 

Foto: Heriberto González Brito

 

Foto: Heriberto González Brito

 

La provincia de Pinar del Río es un territorio de extensa tradición tabacalera. Municipios como San Juan y Martínez, Viñales, San Luis y Consolación del sur son algunos ejemplos concretos. Con el paso de los años, el cultivo y producción de este renglón se ha extendido a otros sitios de la Isla.

 

Foto: Heriberto González Brito

 

El verdor de las vegas se tiende como una mina a cielo abierto y en ese admirable entorno, los cultivos tapados y las casas de madera donde se refugia la hoja, forman parte del paisaje tabacalero cubano, cuna de ese “viajero” que internacionalmente responde al nombre de Habano.

 

Foto: Heriberto González Brito
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