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Las aguas por buenos cauces (Fotorreportaje)

Con todas las fuerzas y medios disponibles y la disposición de concretar importantes programas, los trabajadores de diferentes entidades del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos llevan a cabo inversiones para satisfacer demandas de la población y la economía, en medio de las limitaciones que afronta el país.

 

Labores en Conill y Factor, Nuevo Vedado. Foto: Heriberto González Brito

 

Son misiones vitales en este sector para que las aguas fluyan por buenos cauces, como ocurre en una de las principales conductoras que acometen en la capital, desde Palatino hasta la calle K, en el Vedado, brigadas de varias fuerzas constructoras del organismo.

Por poco más de nueve kilómetros serpentean los tubos de gran diámetro, concebidos para colocar en tres etapas. La primera y la tercera están en puesta en marcha y concluidas desde el punto de vista hidráulico. Allí solo resta colocar el hormigón y asfalto. Hasta tanto cumplan esa tarea no comenzarán la segunda fase, para la cual se preparan en cuanto a la logística, a fin de tener todos los recursos concentrados.

 

Esta obra beneficiará a unos 71 250 habitantes en total. Foto: Heriberto González Brito

 

Cerrando una válvula en Palatino y Vía Blanca, durante la ya concluida primera etapa de la conductora Marino-Palatino. Foto: Heriberto González Brito

 

El tesón de los trabajadores hidráulicos se ha puesto de manifiesto una vez más. Foto: Heriberto González Brito

 

Equipamiento de alto porte es indispensable en cualquiera de las fases. Foto: Heriberto González Brito

 

Eliminar salideros y brindar un servicio estable son objetivos con la nueva obra. Foto: Heriberto González Brito

 

La primera etapa de la anterior conductora atravesaba parte de los Consejos Populares Las Cañas y Canal del Cerro. Foto: Heriberto González Brito

 

Se han requerido hasta excavaciones manuales. Foto: Heriberto González Brito
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