Después de casi 20 años de ausencia de producciones locales destinadas al balance de la población, la papa vuelve a los campos de Las Tunas, donde está a punto de concluir la siembra de las 40 hectáreas asignadas a este territorio del oriente cubano para atender la venta de tres libras a cada uno de los cerca de 480 mil consumidores y aportar al consumo social.
Lo afirma el ingeniero Luis Oro Torres, subdelegado de Cultivos Varios en la Delegación del Ministerio de la Agricultura en la provincia, y recuerda que en esas dos décadas solo hubo plantaciones del tubérculo ecológico y ahora retoman las formas tradicionales.
“Entonces, comenta, la siembra del tubérculo respondía a uno de los programas de la estación experimental de pastos y forrajes Indio Hatuey, de Matanzas, el que carecía de paquete tecnológico y se limitaba a pequeñas áreas, con el uso de materia orgánica y biopreparados, entre otras prácticas agroecológicas”.
Detalló que campesinos de los municipios de Puerto Padre y Jesús Menéndez, avalados por experiencias y resultados en este tipo de siembra, la retoman con 35 y cinco hectáreas, respectivamente, y un rendimiento planificado de 19,9 toneladas por hectárea, para una producción total de 796 toneladas.
No obstante, Oro Torres y los productores aspiran a cantidades superiores, “con ese propósito hemos trabajado. Se han hecho las cosas bien y contamos con el combustible requerido para surcar, fertilizar y plantar; y el paquete tecnológico completo para brindarles a los sembradíos las atenciones culturales que exigen y superar los pronósticos si el clima contribuye”, afirma el ingeniero.
Materializar ese objetivo depende, también, del suministro estable de combustible y del comportamiento de la generación eléctrica, reconocen los encargados de atender este cultivo.