Familiarizarse con la historia de ocho trabajadores de una empresa estatal socialista cubana que permanecieron desde hace dos años sin percibir salario, aun cuando mantenían un vínculo contractual con ella, nos parece un hecho tremendo y hasta inverosímil. Las primeras noticias nos llegaron en una misiva que los afectados enviaron a nuestra sección Buzón abierto.
De acuerdo con sus opiniones, tal situación desfavorable parecía no importarles a los directivos de la unidad empresarial de base (UEB) Servicios Técnicos, a la que se deben, ni mucho menos a los que están al mando de la entidad a la que pertenecen: la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) José Manuel Capote Sosa.
Se trata de los operadores de equipos del pelotón de preparación de suelo en seco, que radican hoy en Guamo, municipio de Río Cauto, provincia de Granma, y cesaron sus labores en el terreno debido a que no se les suministraban recursos, principalmente baterías y lubricantes, para los medios YTO 1804, de los que disponían para sus funciones.
Sin una respuesta clara y oportuna se fue distendiendo esa posibilidad de buscar soluciones, negociar, evitar malos entendidos y, sobre todas las cosas, no afectar a quienes por muchos años aportaron, desde sus responsabilidades, al desarrollo de una empresa que por sus dimensiones y objeto social es medular en la economía de la provincia.
Sobre la mesa
Directivos de la EAIG corroboran que desde el 2022 el pelotón se encuentra interrupto debido a la afectación de las maquinarias por falta de piezas, lo cual es producto de la situación financiera que atraviesa el país, un argumento incuestionable.
Según el informe presentado con un inventario, de 20 tractores que hay en la mencionada UEB, solamente se encuentran funcionando seis, los que operan en áreas agrícolas cercanas a la entidad a fin de protegerlos, evitar deterioros y ahorrar combustible.
Ángel Luis Tamayo Yero, director general de la EAIG, describió que en dos ocasiones se reunieron con todos los trabajadores de la agroindustria para explicarles el difícil contexto y sus consecuencias, al tiempo, que trataron de buscar una solución que consistía, esencialmente, en reubicaciones en diferentes sectores.
“En el caso especial de estos ocho compañeros les hicimos ofertas de empleo. Se les propuso, entre otras alternativas, hacer carbón, no estuvieron de acuerdo; luego reubicarlos en el área de cultivos varios de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Manuel Fajardo, que está enclavada ahí en Guamo, y tampoco aceptaron.
“El interés primario de ellos fue siempre echar a andar las maquinarias, e incluso intentaron hacerlo por sus medios, cuando estaban bajo su custodia, pero tampoco les fue posible por el altísimo costo de los lubricantes, piezas y baterías.
“Para entonces la dirección de la UEB recogió los tractores y los depositó en sus instalaciones, por indicaciones de la empresa, en función de ordenar la disciplina del equipamiento teniendo en cuenta que había muchos de estos en las casas de los productores y operadores sin la correspondiente vigilancia por parte nuestra.
“Otro asunto que cabe destacar es que los compañeros viven a 37 kilómetros de distancia y los caminos están en muy malas condiciones, por lo que trasladarlos diariamente, ida y regreso, genera un significativo gasto de combustible del que actualmente no disponemos”.
Como conclusión el máximo directivo de la entidad reconoce en primera instancia que lo que no se materializó fue aplicar la ley en cuestión. Debe añadirse que en esa ocasión había otra persona al frente de la EAIG.
“En estos casos cuando se le imposibilita a la empresa mantener el empleo, por una causa o por otra, nuestra obligación es buscarles reubicación a los trabajadores: esto lo hicimos, lo que nos faltó fue aplicar lo que regula el Código de Trabajo que es darles un tiempo pagándoles los porcientos de salarios que están establecidos y si el trabajador decide no reubicarse, pues se sale de la relación laboral con la entidad.
“Lo que ocurrió fue que se estuvo todo el tiempo pensando en ellos y en la posibilidad de echar a andar los equipos, pero hasta el momento no ha sido posible, y es ahí de donde surge esta lamentable queja por parte de esos operadores.
“Es nuestro empeño una solución en cuanto la economía nos lo permita, sobre todo porque la empresa necesita tener la maquinaria trabajando en Guamo, donde hay un macizo arrocero que depende de ese servicio y lo más factible es tener allí ese pelotón funcionando”, explicó.
Es ley cumplir la ley
El pasado 11 de diciembre se efectuó la última reunión con los trabajadores de la UEB Servicios Técnicos, en la que participaron miembros del consejo de dirección de la EAIG y representantes de la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo y de la Central de Trabajadores de Cuba en la provincia.
Según describen los asistentes, nuevamente se les explicó la coyuntura actual y la imposibilidad, por tanto, de recuperar ahora los deseados medios YTO 1804.
“Les hemos dado seguimiento a los acuerdos adoptados. De los ocho compañeros, cuatro fueron reubicados en otras plazas dentro de la propia empresa, dos laboran ya en la Camaronera Calisur, de esta localidad, una compañera se trasladó para el policlínico de Guamo como auxiliar de limpieza y uno se someterá a un proceso de peritaje médico. Todos están percibiendo salario y en aparente conformidad”, informó Karel Leyva Trinchet, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios y Forestales en Granma.
Ciertamente lo que faltó, y podemos afirmar incluso que por buenas intenciones de la entidad, fue aplicar la Ley no. 116, Código de Trabajo como corresponde, específicamente los artículos 57 y 58 para trabajadores interruptos, en este caso al validarse que el colectivo presentaba una paralización temporal de los equipos en el proceso productivo debido a las limitantes de recursos expuestas.
“En consonancia con el Decreto 326, Reglamento de la norma, la UEB debió aplicar el artículo 80 que establece dar por terminada la relación de trabajo una vez que los empleados no aceptan la reubicación, como fue el caso.
“El bienestar de los trabajadores va a ser invariablemente de interés para todos nosotros, podemos equivocarnos, pero siempre hay modo de corregir y es eso justamente lo que hemos hecho”, concluyó el dirigente sindical.