El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) se consolida como una de las principales sedes de la XV Bienal de La Habana, que se extenderá hasta el 28 de febrero del 2025. En este contexto, la institución propone un programa expositivo que se destaca por la diversidad e implicaciones, muy a tono con el espíritu de la cita y su lema: Horizontes Compartidos.
Entre las exposiciones más comentadas está Los vaivenes de la historia. Mujeres abstractas de los 50, que estará abierta hasta el 19 de enero en el Edificio de Arte Cubano. Reúne la obra de seis destacadas creadoras cubanas de los años cincuenta: Mirta Cerra, Caridad Ramírez, Carmen Herrera, Zilia Sánchez, Loló Soldevilla y Gina Pellón. Estas artistas dejaron una huella indeleble en el arte abstracto de su época, y exploraron corrientes como el arte concreto, el minimalismo y el informalismo, en un contexto marcado por tensiones y transformaciones culturales.
Otra propuesta es Delirium Tremens, una retrospectiva de la obra de la pintora cubana Rocío García. Presenta 24 piezas, incluidas las de su más reciente serie Judith, guantes de seda, concebida especialmente para la Bienal. En estas obras de gran formato, ella reinventa mitos clásicos a través de su particular universo pictórico, cargado de simbolismo y de una atmósfera alucinante que invita al espectador a la introspección.
La Bienal, que este año celebra sus cuatro decenios, está enfocada en reflexionar sobre su legado, explorar nuevos horizontes y fortalecer las conexiones entre creadores y las comunidades. La propuesta del MNBA se alinea con estos objetivos y se destaca como un espacio donde confluyen voces diversas, visiones innovadoras y un profundo compromiso con el arte contemporáneo.
Además de esas muestras, el museo se abre a la creación internacional con exposiciones personales del francés Ernest-Pignon-Ernest y del brasileño Thiago Martins de Melo. Las obras del artista galo, expuestas en el Edificio de Arte Universal, exploran el erotismo en escenarios urbanos, mientras que Martins de Melo propone una visión crítica y visceral del universo latinoamericano.
Con estas exhibiciones, el MNBA reafirma su rol como epicentro del arte en Cuba y como un puente entre las tradiciones locales y las corrientes globales que la Bienal de La Habana busca resaltar.