Camagüey.- La fe es la luz que ilumina el camino de Saidel Horta. Sus padres son su herencia. La familia la recompensa que precisa honrar cada vez que sube al ring.
Durante las acciones de la VIII Serie Nacional de Boxeo por Equipos, al subcampeón mundial en 2023 se le nota más feliz de lo habitual. La razón la descubrimos luego de su primera victoria representando a Cienfuegos su provincia.
“Es un lindo regalo el que disfruto en este torneo. Tener a mi padre en la esquina como entrenador es algo emocionante. Él me inició en el boxeo”, asevera en tanto le dedica una amplia sonrisa.
“Gracias a dios tengo su guía. Es un orgullo escuchar sus consejos, continúa y lo abraza con efusividad, estoy cumpliendo un sueño que no dejo de agradecer. Ojalá se repita mucho más, certifica y creo
los ojos se le nublan de emoción.
A Iván Horta el rostro le brilla como el sol. Hablar de su hijo es como volver a lustrar hechos y recuerdos. Es abrir su alma y explorar la paternidad más profunda.
“Estar aquí como su entrenador es un premio. Me enorgullezco del hijo que tengo. Disfruto sus triunfos y sufro cuando las cosas sobre el ring no le salen como esperamos. Seguro que logrará mejores resultados. Entrena para eso. La familia está a su lado y eso lo hace más fuerte”, enfatiza, a la vez que mientras se despide, le tira el brazo por arriba del hombro y se marchan como si fueran uno…
A Saidel Horta no le importa repetirlo, incluso si se lo pidieran lo gritaría a todo pulmón: le encanta y necesita estar cerca de los suyos. Ese reino donde se comparte la fe, los dolores, los sueños y por supuesto la vida.