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Ante experiencias exitosas, una pregunta clave: ¿Se puede, o no se puede?

SAN ANTONIO DEL SUR.-Todavía quedan huellas sobre la piel de la tierra por todo lo que provocó aquí el paso del huracán Oscar a finales del pasado mes de octubre. Hay árboles gigantes que parecen quemados y que fueron partidos por la corriente de las aguas, hay honduras húmedas o anegadas, queda el polvo de lo que fue un lodo implacable. Pero en todo lo que ha dependido del trabajo humano, mucho se ha levantado, se han impuesto lo limpio y el orden.

Foto: Estudios Revolución

 

Así son los hijos del municipio de San Antonio del Sur en la provincia de Guantánamo: amantes de lo limpio, y muy laboriosos, como aquel joven que pidió al Presidente Díaz-Canel Bermúdez -cuando el dignatario llegó al territorio a solo horas del meteoro- más instrumentos para seguir sacando fango del “Hospitalito”.

Este lunes en la mañana -cuando volvieron el Jefe de Estado, y el miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda- todo se veía distinto en el municipio: estaba reconstruido el tramo vial que lleva a Imías, Maisí y Baracoa. Y en ese punto el Presidente habló con las autoridades territoriales sobre el valor de ser sistemáticos con la limpieza del lugar, sobre la importancia de actualizar los planes de respuesta ante situaciones de desastre, y sobre la posibilidad de reubicar las casas que alguna vez fueron levantadas en lugares donde la naturaleza, alterada por el cambio climático, golpeó esta última ocasión con fuerza inédita.

 

Foto: Estudios Revolución

 

Un segundo punto, obligado, fue el Policlínico Docente “IV Congreso del Partido Comunista de Cuba” (el “Hospitalito”, como se le conoce), donde la dirección del país conoció que ya está restablecido el 98 por ciento de los servicios y solo está faltando el ultrasonido para análisis prenatales.

“¿Se acuerdan de cómo estaba esto lleno de lodo?”, expresó admirado el Presidente Díaz-Canel a los trabajadores del importante centro de salud que este lunes estaba limpio y olía muy bien. Entonces, una mujer de bata blanca le comentó: “¡Cuántas lágrimas derramamos aquí…!”; y confesó que en aquellas horas en que todo estaba lleno de fango, le dio por pensar que jamás podría vestirse con un uniforme tan pulcro.

Allí estaba ella, con su bata muy blanca, entre otros colegas igualmente impecables. Esta vez no despidieron a la dirección del país un grupo de héroes con sus rostros marcados por el lodo de tanto luchar por poner todo en orden. Decían adiós los trabajadores de un centro que hace horas recibió la Bandera “Proeza Laboral”. Estaban ellos ataviados con sus uniformes luego de haber enunciado que solo va quedando pendiente rehacer la cerca perimetral del Policlínico.

No lejos, la Biblioteca Pública “Elifáz Calmell Matos” también lucía el mérito de haberse sacudido de los destrozos. “Está bonito esto aquí”, dijo el Presidente Díaz-Canel mientras observaba los libreros del lugar -los mismos que fueron recuperados a partir de los anaqueles que habían naufragado en las horas de Oscar-. Y al salir de la Biblioteca, en encuentro con el pueblo que le estaba esperando, valoró: “Tengo la impresión de que las cosas se han recuperado, de que han quedado mejor de lo que estaban”.

 

Foto: Estudios Revolución

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba destacó que “ese es el espíritu de nosotros: no dejarnos rendir; y a cada adversidad ponerle el pecho, el corazón, con la participación que es la que fortalece la unidad, y demostrando que sí podemos salir adelante, independientemente de la adversidad”.

Ese, recalcó, “tiene que ser el espíritu: un espíritu de combate, de resistencia”. Y expresó que no solo se trata de aguantar sino de “resistir y superar, de resistir y avanzar”.

 

Conga para afincar los ánimos en San justo

En el municipio de Guantánamo, San Justo es un barrio que estremece por la fuerza de su gente. Había que ver, este lunes en la mañana, con cuánta pasión la cubana Moraima Ferrer Blas explicaba a la dirección del país cómo es que transcurre la vida en el lugar.

Moraima es la Presidenta del Consejo Popular San Justo, y con rotundo orgullo explicó al mandatario que allí son más de 24 300 habitantes; que en el Consejo existen todos los niveles de enseñanza; que hay importantes instalaciones deportivas y un policlínico que brinda todos los servicios a la población; así como un Hogar del Adulto Mayor, una sede del Sistema de Atención a la Familia (SAF), y 24 bodegas.

Con la ayuda del Gobierno y del Partido -dijo Moraima- “pudimos rehabilitar el policlínico, hemos rehabilitado cuatro bodegas, hemos rehabilitado cuatro consultorios médicos; pero una obra impactante fue el paso peatonal que se realizó, donde se unen el centro de la ciudad de Guantánamo con San Justo”.

 

Foto: Estudios Revolución

 

Este último fue la solución a un planteamiento histórico: “Pero también, dijo la dirigente comunitaria, tenemos planteamientos que no hemos podido resolver, que están pendientes por la situación”. Moraima detalló que quedan como metas el vial -esperan porque concluya una importante instalación hidráulico-sanitaria para posteriores acciones de acabado-; y enunció que también queda pendiente rehabilitar el fondo habitacional.

El Jefe de Estado mostró interés por la recogida, allí, de los desechos sólidos. Moraima explicó que se auxilian de carretones, con los cuales se hacen ciclos de recogida. “Aquí estamos”, dijo ella; y con firmeza y transparencia recalcó: “Esto es lo que nosotros hacemos constantemente”.

En San Justo, Díaz-Canel visitó la sede del proyecto sociocultural comunitario “Ranchón de Cobango”, espacio ubicado en el patio de Juan Orlando Delgado Lara, su coordinador y delegado de la Circunscripción 10, desde donde se promueven actividades sociales y culturales, y desde donde se han resuelto problemas en los órdenes material y espiritual.

Desde el barrio, donde esperaba la multitud, se produjo un intercambio del Presidente con el pueblo: “Estamos de visita en Guantánamo y vinimos con dos objetivos”, dijo el mandatario, quien explicó que el primero fue visitar uno de los municipios severamente afectados por el ciclón.

 

Foto: Estudios Revolución

 

Sobre ese tema, comentó que no se abandonan las tareas de recuperación tras el paso del ciclón: “Todavía nos queda mucho por hacer en afectaciones de viviendas, en afectaciones de infraestructuras”; y afirmó que lo de mayor envergadura está resuelto -que “era priorizar que estuvieran los servicios fundamentales de comunicaciones, electricidad, abasto de agua a la población, comercio”.

El mandatario enunció que “en todo el país tenemos, entre los dos ciclones y los dos sismos, más de 50 mil viviendas afectadas. Eso nos va a llevar un tiempo, pero están fluyendo los materiales”.

Sobre el segundo propósito, el Presidente recordó “las visitas que hacemos todos los meses a las provincias”, y dentro de cada provincia, a un municipio. Y en cuanto a lo visto, quiso reconocer: “Aquí hay un proyecto histórico de barrio en transformación, pero en estos momentos que son tan complejos, cuando menos combustible hemos tenido, cuando más carencias hemos tenido, miren cuántas cosas más ustedes han hecho”.

 

Foto: Estudios Revolución 

El Jefe de Estado elogió cómo se viene dando respuesta a planteamientos históricos, y cómo, a pesar de que hay soluciones pendientes, “tienen ya una perspectiva de solución y ha sido por la participación de la población, y por hacer las cosas de manera diferente, y por no dejarnos derrotar por la dureza de los tiempos que se están viviendo”.

Lo anterior, dijo, “alienta mucho, da mucha energía porque se ve que se está combatiendo en todos los lugares del país, y que más temprano que tarde estaremos pasando a otra situación a partir del esfuerzo, del trabajo, del uso del talento”.

El pueblo se volvió mar encrespado cuando miembros del proyecto sociocultural haitiano Asocié Aché saludaron a la dirección del país con los tambores y con la conga criolla. En aquel ritmo emergía la fuerza de un pueblo que no se dejará arrebatar tan fácil toda la dignidad que ha ido levantando.

El punto final en la agenda de visita al municipio de Guantánamo fue la finca del productor Pedro Monier López, perteneciente a la Empresa Agroindustrial Municipal. Allí, en solo ocho hectáreas ubicadas en el perímetro de la ciudad, con el empleo de agroecología y con el intercalamiento de cultivos, se han logrado producciones de plátano, frijol, cebolla, tomate, y café.

 

Foto: Estudios Revolución 

“Mira qué bonito esto aquí”, comentó Díaz-Canel de un lugar que tiempo atrás fue terreno baldío. Y en algún momento el productor, del que dicen tiene buenas manos, expresó desde su modestia y en cuanto a lo que falta por hacer: “Hay que trabajar bastante”.

Hacia el final de la jornada, en la habitual reunión de la dirección del país con las autoridades del territorio, Díaz-Canel Bermúdez valoró que todos los procesos de intercambio entre dirigentes y la población, en momentos tan complejos como los actuales, dejarán huellas sobre estilos de trabajo y buenas prácticas.

En cuanto a Guantánamo, significó que hay “un ambiente de trabajo y un sentido de recuperación alto”. Ambiente en el cual -destacó- nadie se ha desmoronado.

“Estamos viviendo un momento difícil”, enunció; y dijo que esos momentos pueden complicarse todavía más, “pero el país está preparado, el país tiene el apoyo solidario de muchos países en el mundo”; y a lo anterior sumó las estrategias que se han estado discutiendo en los foros más importantes de la sociedad cubana.

“La gente nos está demostrando que sí se puede, el tema es lograr que todos puedan”, reflexionó el mandatario en lo alusivo a las experiencias que están teniendo éxito. Y en cuanto al 2024, expresó que “ha sido un año duro, y ha sido un año heroico”. Aquí estamos, sin rendirnos, ese es el espíritu que tenemos que llevar a todo lo que hagamos, enfatizó el Jefe de Estado.

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