¿Quién pudiera decir lo contrario? Hoy la Cujae está de fiesta. Suman seis décadas y mantiene la misión de formar los arquitectos, ingenieros y técnicos revolucionarios, competentes y comprometidos con la obra del país.
Tras sus muros hay historia y juventud. La COVID-19, la coyuntura energética, así como el contexto económico han sido obstáculos a superar, pero “no nos detenemos, seguimos avanzando”, explicó la doctora ingeniera Ana Isabel González Matos, vicerrectora docente.
Posee una matrícula de más de 5 mil 300 alumnos, distribuidos en 13 carreras pertenecientes al curso diurno y 10 al curso por encuentro, además de seis programas de ciclo corto.
El trabajo no cesa. La institución cuenta con más de un centenar de alumnos ayudantes y de auxiliares técnicos que apoyan la tarea docente. Su claustro de profesores es de 673 de los cuales más del 40 % cuenta con el grado científico de Doctor.
Como dijera el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz “el concepto de universidad tiene que entrañar la investigación”. Por eso, entre sus prioridades está continuar fortaleciendo la estrategia educativa del año, el trabajo científico-metodológico en cuanto a los sistemas de evaluación del aprendizaje y las técnicas didácticas innovadoras que apoyen el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Educación de Calidad.
El secreto de los años
Llegó temprano a la entrevista, solo para inquirir si podía venir más tarde porque tenía clases. No quería fallarnos, pero la docencia es lo primero. Ya está mayor, pero se mantiene firme, no se queja ni se derrumba, sabe que sus alumnos la esperan en las aulas para seguir adquiriendo toda su experiencia.
Lourdes Zumalacárregui de Cárdenas todavía recuerda sus años de estudiante. El tiempo no ha menguado los ímpetus de esta profesora titular y Doctora Honoris Causa con más de 50 años en la Cujae. Le pregunto el secreto de tantos años: “amor, solo el amor”, afirma.
“Mi familia vive celosa de esta escuela pues dicen que la siento como mi casa”. Aquí acumula una larga trayectoria de dirección, pues ejerció como vicerrectora por algunos años y otras labores dentro de la facultad de Ingeniería Química. No obstante, ya jubilada, funge como jefa del Grupo de Investigación, creado en el 2006, con el propósito de analizar los diferentes procesos productivos y su eficiencia en los campos biotecnológico, químico, alimentario y tecnológico.
Los ejes de trabajo están relacionados con el desarrollo de los derivados de la industria azucarera, como el alcohol; y la aplicación en esta de la economía circular, así como otros resultados de gran impacto para el país, lo que reafirma el vínculo universidad-empresa.
La comunidad universitaria y el sindicato
No andan por separado, son uno. La actividad docente y el sindicato están relacionados a fin de lograr que la Casa de Altos Estudios continúe siendo un ejemplo en la nación. Es activo, comprometido y fuerte, precisó Maikel Barrera Balbuena, secretario general del buró sindical, director y profesor del Departamento de Educación Física y Deporte, quien señaló que de un colectivo que supera los mil 186 trabajadores, 953 están afiliados.
Para Maikel trabajar con los jóvenes representa siempre un desafío pues llegar a ellos, “los pinos nuevos” exige mayores ideas novedosas que logren captar y mantener su atención. Y ante la pregunta de ¿cómo lo logra?, afirmó con convicción “siendo tan joven como ellos. Ya son 15 años y aún sigo aprendiendo cosas nuevas”. Y sonríe, le gusta cómo suena y repite, repite fuerte: “¡Es que esta universidad tiene la magia de enamorar al que a ella llega!”.
Esto solo se logra con la unidad. Un ejemplo clave fue que tras el paso del ciclón Rafael, la labor sindical se desplegó. Varios grupos de estudiantes y trabajadores se trasladaron hasta las provincias más afectadas, y desde ahí, pudieron cicatrizar algunas heridas con una ola de solidaridad, principalmente haciendo dictámenes en viviendas afectadas total o parcialmente, y además labores de saneamiento con la recogida de árboles y escombros
Al respecto, María Isabel Yepe Muñiz, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en el centro y estudiante de Ingeniería Biomédica manifestó que están preparados y seguirán dando lo mejor por Cuba.
Destacó la ascendencia de la organización entre el estudiantado que también responde a las tareas no docentes como los juegos deportivos, los talleres de patrimonio y otras actividades complementarias. La FEU vela porque los jóvenes estén bien dentro y fuera de la institución, y junto al sindicato, “son un todo”, reafirma Maikel Barrera. Son maneras de actuar que permiten buscar la integralidad en la formación de los futuros profesionales y en general, de todos los empleados.
Tantas memorias, tantas alegrías. Los juegos 13 de Marzo tan famosos dentro de la comunidad cujaeña, son el espacio alternativo para demostrar todas las habilidades deportivas, y al final pese a la rivalidad entre facultades gana la amistad, esa que representa un capítulo en la larga y rica historia de una escuela donde se apuesta todos los días por el futuro e impulsar el desarrollo sostenible a partir de estrategias vinculadas al sector empresarial.
De tal prioridad fuimos testigos en la XXI Convención Científica de Ingeniería y Arquitectura, uno de los eventos más importantes de la Cujae celebrado la semana pasada, con el objetivo de fortalecer la cooperación entre universidades, empresas e instituciones, y promover alianzas estratégicas internacionales para integrar la ciencia con las demandas de la producción.
Sigan trabajando, mejorando, perfeccionando su entidad. La ruta ya está trazada. Como expresó el Líder Histórico de la Revolución Cubana: “Y en el futuro la actividad, el trabajo del estudiante será no como una profesión, sino como un medio de formación”.