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Peligroso compás de espera

Las primeras dos semanas de noviembre no anunciaban cambios en la situación internacional. En Ucrania se evidenciaban los primeros síntomas de una derrota inminente. Israel continuaba el genocidio contra los palestinos, por solo citar los más publicitados.

El Presidente ruso alertó con tiempo para evitar la escalada en Ucrania. Foto: Sputnik mundo

Pero el día 19 de este mes nuevamente Estados Unidos provocaría un cambio, por lo menos en el caso de Ucrania, transformar la tendencia a esperar cambios diplomáticos en busca de la paz en una peligrosa escala del conflicto.

La decisión de aprobar el uso de misiles de mediano alcance, de fabricación estadounidense por parte de Ucrania, fue una nueva provocación a la Federación Rusa, apoyada por otras naciones miembros de la Otan.

Las FF.AA. de Ucrania atacaron con ATACM, los que fueron abatidos por la defensa rusa, al igual que dos misiles de crucero Storm Shadow de fabricación británica.

Días después autorizó el suministro de minas terrestres antipersonal a Ucrania, se habló de condonar unos 4.700 millones de dólares en préstamos estadounidenses a Kiev, así como se impuso sanciones adicionales contra varias personas físicas y jurídicas en Rusia.

Según un informante de la agencia Bloomberg, esas medidas, entre otras aún en estudio, forman parte del plan de Biden para hacer todo lo posible por reforzar Ucrania antes de que Trump asuma el cargo el 20 de enero próximo.

 

Siempre habrá una respuesta

La parte rusa ha dado respuesta a cada una de las provocaciones que casi a diario se llevan a cabo en contra de su soberanía y sobre el tema el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, dijo hace solo unos días que “cuando los rusos modifican su doctrina nuclear no es una estratagema de comunicación, no es un truco, ello significa que se modificó y habrá consecuencias».

Inquietud ante los peligros de un conflicto mundial. Foto: Reuters

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev en declaraciones a Al Arabiya, sostuvo que «el misil balístico Oréshnik que lanzamos cambiará el curso de la operación militar en Ucrania». Al comentar los ataques ucranianos al interior de Rusia con avanzadas armas occidentales, que precedieron el lanzamiento del Oréshnik, Medvédev citó palabras del presidente, Vladímir Putin, quien ha asegurado que «siempre habrá una respuesta».

Imagen de un misil Atacms de EU lanzado contra Rusia. Foto: Reuters

El novedoso misil de alcance intermedio Oréshnik «puede impactar contra los objetivos en todo el territorio de Europa, lo que lo distingue de otras armas de precisión de gran alcance», declaró por su parte el comandante de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de Rusia, Serguéi Karakáyev, durante una reunión con el presidente Vladímir Putin.

 

Cordura o locura, ¿Cuál será la ganadora?

Mientras que en los países europeos cunde el pánico la prensa trata de convencer a sus lectores que la culpa de la escalada es de los rusos, aunque se ven obligados a reconocer la derrota de Ucrania, a pesar de las millonarias aportaciones en armas y efectivo para apuntalar a esa nación.

El líder ucraniano habla de paz, ahora. Foto: Reuters

Otra mirada, desde dentro de los Estados Unidos la da el periodista estadounidense Tucker Carlson en su programa, al afirmar que el Gobierno estadounidense. tiene las características de un Estado fascista.

“Nuestro Gobierno es fascista, no Rusia», comentó Carlson en su conversación con el columnista, abogado y periodista Glenn Greenwald. También dijo que el mundo asiste actualmente al acontecimiento más horrible hasta la fecha, ya que se acerca deliberadamente el conflicto nuclear.

«La Administración de Biden deja a la próxima Administración con la guerra mundial, el conflicto nuclear al permitir que Ucrania, un estado proxy de EE.UU., ataque dentro de Rusia», subrayó el periodista, añadiendo que esta decisión del Gobierno estadounidense le parece «imprudente».

Faltan unos días para el nuevo año y la preocupación porque la escalada en marcha se convierta en un conflicto mundial preocupa y ocupa a presidentes, organizaciones internacionales y la prensa en sentido general, que espera triunfe la cordura y no la locura.

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