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A 65 de miles que vendrán

Este sábado la Central de Trabajadores de Cuba(CTC), los respectivos sindicatos del Municipio Especial Isla de la Juventud, con una representación de los afiliados, celebraron el aniversario 65 del primer  trabajo voluntario realizado en Cuba, protagonizado por el Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara.

 

Foto: Gloria Morales Campanioni

Dicha movilización se efectuó el 22 de noviembre de 1959, en el Caney de las Mercedes, hoy Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, ubicada en el municipio Bartolomé Masó, provincia de Granma.

En aquel entonces, el Comandante Ernesto Che Guevara expresó:»Hoy, juntos, obreros, campesinos, y estudiantes , con su Ejército Rebelde, vamos a ayudar a construir una nueva Cuba».

A partir de entonces se inició una práctica que después se extendería a toda la nación, como instrumento para fomentar la unidad y el valor del trabajo, como formador de conciencia, para brindar esfuerzos individuales y colectivos en bien.

 

Foto: Gloria Morales Campanioni

 

Bajo esa impronta, los trabajadores del Sindicato Municipal de la Construcción en la Isla de la Juventud, le «entraron» a la carga a  varios frentes de labores, en homenaje al 63 Aniversario del Sindicato Nacional de los trabajadores de la Construcción e Hidráulicos por nuestro invicto comandante Fidel Castro Ruz, víspera del día del Constructor y el octavo aniversario de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Con las etiquetas:#UnidosConstruimosCuba #PorCubaJuntosCreamos y 22CongresoCTC, apoyaron la higienización del hospital Héroes del Baire.

Todos los sindicatos estuvieron activos, al decir de Yusmary Olivera Pupo,  secretaria general de la CTC en la Isla, no solo los obreros de la construcción fueron convocados hacia el Hospital, sino también los del sindicato de cultura.

«Mientras los de la industria pesquera estuvieron en la parte delantera y áreas exteriores de esta institución de salud. Hacia la producción de alimento organizamos al sindicato de energía y mina, en específico en la finca de plantas medicinales.

«El resto de los colectivos laborales que tienen parcelas autoconsumo y organopónicos hicieron su jornada en esos lugares», aclaró la directiva.

Foto: Gloria Morales Campanioni

Se rememoró cómo aquel 22 de noviembre el Che les prometió a los reunidos en el Caney de las Mercedes,  acudir a cuantas jornadas y sus responsabilidades estatales le permitieran.

Foto: Gloria Morales Campanioni

Con vistas a alcanzar el éxito les indicó la necesidad de que la movilización fuera muy bien organizada para que cada participante tuviera un trabajo concreto a realizar desde el momento de su llegada, así como garantizar la puntualidad en el horario de recogida y la total dedicación de cada uno a la tarea asignada.

Hombres y mujeres de todos los sectores respondieron al llamado, en total unos 3 mil vecinos, porque a otros miles les fue imposible por problemas de transportación, y Che honró su compromiso.

A su llegada indicó a todos acometer de inmediato la labor encomendada, y llamó a establecer una competencia fraternal y amistosa con los combatientes del Ejército Rebelde.  Seguidamente, mandarria en mano, en unión de Piti y otros compañeros partió hacia las canteras, donde la faena era más dura, y trabajó constantemente sin tan siquiera pronunciar palabra.

Aquel trabajo voluntario concebido por el Che marcó el inicio de una práctica posteriormente extendida a toda la nación. Pero  no fue esa la primera vez que en Cuba se practicara tan altruista quehacer, porque durante la Gran Guerra Patria a los combatientes soviéticos les fueron enviados 40 mil sacos de azúcar y un millón de tabacos, producidos todos por los trabajadores cubanos en horas voluntarias.

Jornadas similares ocurrieron años más tarde, cuando durante el gobierno del alcalde comunista Francisco Rosales, Paquito, los habitantes de la ciudad de Manzanillo participaron en el arreglo de calles y aceras.

El Che concebía el trabajo voluntario, no solo como un factor de aumento de la producción, de creación de conciencia, sino también que propiciaba en el individuo la adopción de una actitud diferente ante el trabajo, generar riquezas sin vender su fuerza como si se tratara de una mercancía. En su opinión, posibilitaba tanto la unión entre los diferentes sectores de la sociedad, en la cual debían revertirse sus frutos, como de profundización de la conciencia revolucionaria mediante el trabajo colectivo.

Foto: Gloria Morales Campanioni
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