Concebido como un encuentro integrador, el Festival Nacional de Teatro de Camagüey ofrece una visión amplia y diversa de la creación teatral en el país. Su carácter único radica en la capacidad de reunir las propuestas más destacadas de numerosos estilos y tendencias, evidenciando la riqueza y pluralidad de la escena cubana. El festival, de hecho, es una plataforma.
Hasta el domingo 24 de noviembre, agrupaciones y creadores de todo el país animan un programa que desafía la compleja situación energética de la ciudad. Por el impacto del contexto, ha sido necesario reajustar la cita.
Su celebración evidencia la prioridad que las instituciones culturales y el gobierno de esa ciudad y la provincia, le otorgan al arte, entendiendo su capacidad transformadora, su rol sustantivo en la vida de la nación.
En este sentido, la persistencia del festival tiene que traducirse en la posibilidad un confluencia de lo mejor del teatro cubano.
Por eso, uno de los grandes aciertos del Festival de Teatro de Camagüey es su enfoque en la calidad como criterio principal de selección. No busca promover un estilo en particular, sino valorar las obras que destacan por su excelencia artística y conceptual.
Esta pluralidad de visiones permite un intercambio enriquecedor entre las distintas formas de hacer teatro, desde las más tradicionales hasta las más vanguardistas.
En algún momento, el festival tuvo un carácter competitivo, lo que generaba una dinámica distinta entre los participantes y motivaba cierto nivel de emulación.
Aunque algunos consideran que sería pertinente recuperar este formato, la vocación actual de la cita está más enfocada en consolidar un espacio abarcador y de encuentro.
Este enfoque permite que el festival sea una celebración de las artes escénicas en todas sus manifestaciones, priorizando el intercambio por encima de la competencia.
El Festival Nacional de Teatro de Camagüey reafirma su relevancia como un termómetro de la escena teatral cubana.
Su esencia radica en la capacidad de generar un panorama amplio y representativo, que no solo refleja lo mejor de la producción escénica nacional, sino que también fomenta la reflexión y el debate en torno al presente y futuro del teatro en Cuba.
