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Premier 12: Cabeza baja y venas infladas

Taipei.- Aunque Japón, Taipei de China, Venezuela y Estados Unidos siguen la lucha por el título de la tercera edición del Premier 12, para Cuba y sus seguidores todo terminó con el out 27 frente a la selección local, último desafío de los programados en la ronda clasificatoria del Grupo B, presenciado por 40 mil espectadores.

Desde entonces muchas cabezas bajas salieron del Taipei Domo y pedirle una declaración a jugadores, entrenadores o directivos se asomaba como un puñal atravesando el dolor. Solo el protocolo de la competencia obligó al mentor Armando Johnson a reflexionar sobre el encuentro y responder luego un cuestionario primario para la ocasión.

Opiniones, criterios, ideas, sugerencias y miles de comentarios vuelven a marcar esta actuación, algunos con conocimientos, respeto y ética; otros con desborde de rabia, impotencia y varias sentencias que no dejan de ser escuchadas ante cada fracaso del béisbol cubano en los últimos 10 años, para ubicar una fecha de inflexión, con puntas agradables de podios solamente en las doradas universales del Beisbol5 y preseas mundiales de categorías inferiores (y en estas bien pocas comparado con el número de eventos en que se ha participado)

Pero volvamos al Premier 12 y a algunos razonamientos que, no por repetitivos tras los últimos fracasos, pueden dejarse ahora de mencionar. Como bandera inicial, sin que sea justificación, pero sí realidad vivida, debemos dejar claro que los resultados del béisbol son expresión también del contexto económico, político y social de la sociedad cubana del 2024, donde a ratos funcionan menos cosas que las que quisiéramos, se acentúa la añoranza de un pasado feliz y no siempre los valores morales priman ante tanta necesidad económica.

Compartiré entonces algunos items claves (no significan que sean todos, pues nada es absoluto como un roble) que ojalá sirvan a los decisores en análisis posteriores, con presencia del periodismo deportivo.

– Se apostó a la base de un equipo Cuba que nos dio el cuarto lugar en el Clásico Mundial del 2023, pero que todos sabíamos con huellas de peloteros lesionados o lógicamente cansados, por la edad y por la conclusión de temporadas profesionales, como la de Japón. Para quienes vi pedir masajes, infiltraciones y fisioterapia, muchas veces durante el propio partido, y salir 10 minutos después al campo, nuestro respeto y admiración. ¿Pero así es posible aspirar a grandes resultados o solo nos llegarán destellos de suerte, como el mencionado Clásico Mundial?

– Se intentó combinar, pero con prioridad evidente, al pelotero cubano que está o estuvo en ligas profesionales, por su preparación técnica y mental para eventos de mayor calidad. Algunos de ellos sin haber intervenido nunca en Series Nacionales como los casos de Lázaro Armenteros y Jeans Walters. Eso es bueno y es dialéctico, pero la medición de su real calidad por encima de otros hombres que también han incursionado en ligas similares y juegan hoy en Series Nacionales como Yordan Manduley (para decirlo con un nombre real) es todavía muy cuestionable. Y fíjense que no me opongo a esa política de convocatoria, pero todo con su justa cordura y no frías estadísticas; al tiempo que también hay quienes «marcan» con dos o tres jueguitos en la Serie o Liga Elite porque saben que luego serán llamados al equipo Cuba. ¿No debiéramos revisar eso?

– Desde que se diera a conocer la preselección amplia (60 nombres) apreciamos demasiados lanzadores. Se explicó que esta vez sí habría abridores de 4 entradas, así como estabilizadores y cerradoresbque se concentrarían en sacar 3 o 4 out a lo sumo. La realidad demostró que pudo haberse usado esa estrategia, pero sin camisa de fuerza, pues una demora o adelanto a la hora de sacar del box a un pitcher cuesta carreras y partidos. Y fueron más de dos ejemplos los apreciados aquí.

– Los rivales más recios del grupo siempre estuvieron centrados en Corea y Japón. Y lo fueron. Contra los nipones estuvimos a punto de lograr lo que nadie imaginó, pero en los reveses contra los quisqueyanos y taipeianos hubo también decisiones incorrectas desde el alto mando. Hacer la autopsia puede calmar ahora, pero la herida sangró a chorros en su momento.

– A diferencia de otros torneos, debemos ser justos con el trabajo de sabermetría y estudio del rival, que ahora estuvo de bien a excelente, no solo con Ariel Iglesias, sino con amigos y conocedores del tema que aportaron informaciones precisas y guiadoras. ¿Sabemos en realidad usar ese cúmulo de variables peloteros y entrenadores. A los nuestros los estudian, les hacen formaciones especiales, les obligan a batear de roling y no levantar las bolas. ¿Necesitaremos ahora ayuda internacional en este tema? Sí.

– No basta con preparaciones o ruta crítica extensas en tierra de los asiáticos (más o menos ya conocidos ) El beisbol moderno es cada vez más la ecuación: inteligencia versus inteligencia. Y la longevidad deportiva no está reñida por eso. Solo que debe ser parejo el rasero para medirlo, pues dejamos entonces fuera de una selección nacional a nombres con la misma edad de los elegidos. Y llegado el punto cero, para empujar una carrera, nadie lo hace mejor que los dejados en casa.

– Sin que signifique un pecado y menos un linchamiento mediático, debemos entender cuando se ha cumplido un ciclo determinando en una tarea y cuándo es la hora de concluir, incluso con renuncias honorables. Bien sabemos cuántas mediaciones existe y todo el tono melodramático y casi inexistente en el deporte cubano del término: renunciar. Pero es lo más lógico que sucede en todo comportamiento humano cuando tantas veces probamos y no se aprecia el resultado esperado. El antecendente de Anglada en Lima 2019 nunca lo olvidaré. «La culpa es mía y yo renuncio a la dirección del equipo antes que me quiten».

– Finalmente y sin que por ello quede todo dicho (siempre hay decenas de viviencias que se lleva el periodista), se impone reconocer que Roel, Drake, Moinelo, Ariel Martínez, Mujica, Arruebaruena, Guibert, Yera y otros, fueron jugadores con vergüenza total a la hora de salir al terreno, incluso en medio de un slump ofensivo, malestares físicos y las lógicas complicaciones del deporte de alto rendimiento. Toca a la dirección que corresponda evaluar cada caso y decidir si es hora de renovar y renovar, con todo lo que eso implica, o simplemente seguir arrastrando todo eso y más.

– Ha sido este el peor de los tres Premier 12 para Cuba. Y quizás hasta tengamos que respirar profundo, concentrar más las fuerzas en el béisbol de casa y asumir que volveremos a puestos cimeros o de medallas internacionales cuando halemos parejo, sin falsos egos o posiciones doctorales. La familia del béisbol no solo es el inder, sino los más de 10 ministerios que cruzan con ese deporte.

A todos nos atormentan los gritos que con venas infladas se apoderan por estos días en nuestras calles y redes sociales. No le huyamos ni demonicemos algún criterio, Eso solo es señal de que la pelota cubana está viva, aunque en terapia intensiva.

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