Lo sabíamos desde mucho antes del juego de este jueves. Corea era uno de esos equipos que nos apretaría el zapato y la posible clasificación en el Grupo B de este torneo. Y así ocurrió con su victoria 8-4, incluso contra nuestra mejor carta de pitcheo, Iván Moinelo. Ahora toca ganar y sacar cuentas matemáticas, pero ni así sería seguro colarnos en la ronda final de Japón.
El encuentro tuvo su punto de climax muy rápido, el segundo inning, cuando un racimo de seis carreras con el primero de los dos jonrones del antesalista Kim Doyeong (este con bases llenas) arruinó algún sueño de victoria ante un equipo que fue campeón de esta lid en 2015 y subtitular en 2019. Es cierto que con otros jugadores, pero con la misma filosofía: pitcheo hermético y ofensiva suficiente para no dejarlo solo.
Del resto del partido solo valdría ponderar la reacción de los cubanos en el sexto y séptimo episodio, en los que por demás se conectaron los primeros y únicos vuelacercas de Cuba hasta la fecha, con los sellos de Yoelkis Guibert y Rafael Viñales; en tanto 11 corredores dejados en bases resulta un dígito inflado e imperdonable en cuanto a carreras que nunca se materializaron.
MORALEJAS DEL PARTIDO.-
– El cambio introducido en la alineación: Jeans Walter por Yadil Mujica como se hizo hoy da frescura y vitalidad al equipo, pero se impone pensar en otros, como bajar a Arruebaruena del tercer turno (lleva de 9-0 con cuatro ponches) y quizás algún otro que permita aprovechar la ofensiva de Viñales, quien está demostrando que lo hecho en la gira previa no fue casualidad.
– Sobre Moinelo, y sin ningún tipo de justificación, hay que reconocer que no salió bien. Que estudió profesionalmente a sus rivales, pero no es un robot. Todos pensábamos que lo haría con esa inmensidad que pitchea en Japón, pero no fue así. Y oportunidades para reivindicarse de este percance tendrá decenas de veces más.
– El promedio ofensivo de 212 de average en par de pleitos es bien preocupante, más allá de la calidad de los lanzadores enfrentados. Solo dos extrabases en 18 entradas, la mitad de los 14 hits por el infield y que no aparezcan los remolcadores con bases llenas o con corredores en posición anotadora son tan preocupante como las propias sonrisas que no han llegado en este Premier.
– En el caso del staff de pitcheo, más del 90 por ciento de las carreras permitidas han sido después de tener en dos out los inning. ¿Falta de concentración, exceso de relajación, no controlar las emociones o sentirse victorioso antes de tiempo? ¿Eso se enseña o va en el corazón? Salvo Yoennis Yera y Andy Vargas las luces de los serpentineros han sido intermitente y cuestan sonrisas.
– Hace muchos años un mentor muy experimentado me enseñó que en partidos finales de campeonato o torneo internacionales tan cortos, una o dos decisiones de las decenas que toma un mentor en un pleito pueden dejarlo fuera de un triunfo imprescindible. Así puede suceder esta vez también, porque contra Corea la teníamos siempre difícil, pero Dominicana era accesible a nuestra calidad. Y ahí pasó lo que tantas veces me explicó ese gran director.
– Finalmente la nostalgia o los análisis de lo sucedido no recuperan victorias, pero sí nos hacen mejores peloteros y seres humanos. Hay ubicados en cada banco cubano el estudio de scouteo de cada pelotero y equipo a enfrentar. No es ese el tema que golpea a este equipo. Tampoco su preparación física. Ni siquiera el ánimo. Tal vez haberse dejado obnubilar por nombres con experiencia profesional y no por algunos que la pulieron en la temporada cubana comienza a pesar. Sin embargo, ahora lo que queda es ganar y ganar. No hay otra, y que después la matemática y alguna cábala hagan lo suyo.
– Para los que preguntan por Yoan Moncada tras el pelotazo se explicó que se esperará la evolución hasta el viernes para decidir si el golpe en la mano no le impide batear y salir a defender la tercera base.