En el caso del villaclareño Darío, que juega hace una temporada en Japón bajo contrato con los Halcones de Softbank, su primer regalo lo traía este periodista (un detalle de su novia, que lo había enviado a La Habana para sorprenderlo), pero olvidos de viaje a última hora impidieron que se rompiera el encanto que ella le tenía preparado. Sin embargo, no hubo molestia cuando se lo conté con una pena enorme. Eso sí, fui de los primeros en felicitarlo y sellamos una amistad que espero trascienda 19 años más.
Con Yusniel, nacido en el Cotorro por cierto, no había intercambiado palabra alguna desde que le perdí la pista desde aquel campeonato mundial sub-18 en que participó antes de decidir probar suerte en el béisbol profesional de Estados Unidos y también en Panamá. Sus compañeros actuales de equipo no supieron de la fecha de nacimiento hasta que las redes sociales levantaron la alarma y nadie dejó de felicitarlo como si toda la vida fuéramos hermanos todos.
Por supuesto, no hubo receso ni tratamiento especial en el entrenamiento para ninguno. Pedro Luis Lazo le dio las palmaditas y las indicaciones técnicas para una jornada que es la antesala de Cuba en esta tercera edición del Premier 12. Quizás sean ellos piezas claves en los juegos venideros, quizás haya que festejar de nuevo por sus actuaciones brillantes.
Lo cierto es que el martes 12 de noviembre amanecieron ellos de cumpleaños lejos de los suyos, pero con el amor al béisbol retozando sus almas. Y al periodista le dio por cronicar algo inusual en estas justas solo porque detalles como estos siempre quedan en desventaja con resultados, triunfos y pronósticos. Y no debieran. Es la vida, es parte también del béisbol.
FELICIDADES A AMBOS