Lo que parecía una tranquila mañana de domingo devino en desasosiego tras dos fuertes sacudidas telúricas, de 6.0 y 6.7, respectivamente, las cuales pusieron en alarma a los pobladores de los nueve municipios de la provincia.
A sabiendas de la ocurrencia de réplicas (hasta la hora de cerrar este información unas 60, de ellas 16 perceptibles), y conocedores de los protocolos de acción durante y después de una situación de este tipo, los santiagueros, aunque impactados, actuaron con disciplina, y hasta este minuto no se reportan daños a la vida humana y se evalúan afectaciones materiales como derrumbe y agrietamiento de paredes.
Buena parte de los que residen en edificios altos bajaron a zonas abiertas de la ciudad, entre ellos los que viven en los llamados 18 plantas, aunque otras personas, de casas con estructuras que pueden colapsar, también salieron a zonas descampadas.
Desde la ocurrencia del primer terremoto las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia, por diferentes vías de comunicación, se han mantenido explicando al pueblo la situación y recordando las medidas que deben adoptarse.
Desde el Centro de Investigaciones Sismológicas se da seguimiento segundo a segundo a la ocurrencia de movimientos telúricos gracias a 24 estaciones para tales fines dislocadas de Oriente a Occidente del país.
El Dr C. Enrique Arango, jefe del Servicio Sismológico Nacional ha reiterado por diferentes vías que los terremotos se han sucedido en la conocida como Falla Oriente, una zona donde históricamente han ocurrido este tipo de eventos, y comentó además que no existe peligro de tsunami.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.