Aunque el huracán Rafael no dejó daños directos sobre Pinar del Río, nos tuvo en vilo por varios días, especialmente aquellos municipios más cercanos a su posible trayectoria, es el caso de La Palma territorio ubicado en el extremo noroccidental de la provincia.
La comunidad Manuel Sanguily estaba identificada como una de las más vulnerables por el volumen de agua acumulado en el embalse cercano y el peligro de inundaciones, los lugareños guardan recuerdos nada agradables del paso de Ike e Ian, saben que, en materia de precaver, es mejor excederse.
Es un alivio que esta vez no estuvieran en la ruta del potente organismo tropical, no obstante, lidian con otros problemas y es que la caída de torres, postes y rotura de conductores en Artemisa mantiene al extremo occidental desconectado del sistema electro energético nacional.
Se han creado “islas” para asegurar servicios vitales como el funcionamiento de los hospitales y las comunicaciones, pero estas no cubren toda la geografía pinareña y en las diferentes demarcaciones se buscan soluciones de acuerdo a las circunstancias locales.
Felipe Pi Núñez, presidente del consejo popular Manuel Sanguily, afirma que se siente orgulloso de su pueblo, por la manera en que se prepararon y la disciplina para evacuarse “aquí nadie dijo ahí no me monto, o yo no me voy.”
Resalta que prepararon las condiciones en los centros para acogerlos, visitaron todas las casas, ya fuera por delegados o trabajadores sociales, explicando que con la actual situación económica del país es difícil recuperar lo que se pierde, por ende, lo esencial es preservar lo mucho o poco que se tenga.
Ahora el reto es mantener la cotidianidad, garantizar los servicios básicos a la población con diferentes alternativas, muchas de las cuales estaban activadas antes de la amenaza ciclónica.
Es el caso del Sistema de Atención a la Familia (SAF) que desde hace varios días expendía comida elaborada a la población, Reynier Torrens González, es uno de los residentes en la comunidad beneficiario de dicha prestación, reconoce el esfuerzo del colectivo que cocina con carbón o leña cuando faltan otros combustibles, como ahora, que siempre recibe un buen trato y elogia las elaboraciones.
Pi Núñez explicó que el Consejo de Defensa Municipal (CDM) asignó combustible a los vecinos que poseen plantas eléctricas y aunque no cubren toda la demanda de estos equipos, es una ayuda y posibilita que otros vecinos se beneficien al acudir a estos hogares a cargar teléfonos, ventiladores y lámparas.
Osvaldo Roig Morales, ensalzó la solidaridad de quienes ponen sus generadores domésticos al servicio de la comunidad, porque les solucionan un problema a todos.
Esta práctica se extiende a los grupos electrógenos emplazados en unidades estatales, hay dos en la demarcación uno en la panadería y otro en la posta médica, en ambos se colocan, además, televisores para que los pobladores puedan mantenerse informados.
Hay sosiego en La Palma, no lamentan daños significativos asociados a Rafael, apenas 29,2 hectáreas de arroz “encamado”, un alivio cuando todavía hay heridas por sanar de otros huracanes, eso sí, estaban prevenidos porque ante estos hechos, esa es la certeza de sobrevivir.