Las medallas de bronce en el Campeonato Panamericano Sub-12 y la VI Copa del Caribe, así como el balance final de tres victorias e igual cantidad de derrotas en la gira por Corea del equipo que nos representará en el Premier 12 marcan las últimas noticias del béisbol cubano, abierto de nuevo a la agradecida polémica, que muchos no siempre interpretan con buenos ojos.
Si bien el resultado de los niños es aplaudible, por múltiples razones, entre ellas porque no tenemos los recursos ni jugamos la cantidad de partidos que sus rivales sí acumulan; el tercer puesto en la lid de Bahamas nos deja insatisfechos ya que una vez más se vieron errores mentales sobre el terreno y falló la ofensiva cuando un lanzador de nivel medio se subió a la lomita, previo estudio de las debilidades. Es decir, no se encontraron respuestas a la hora cero para revertir marcadores. Y eso viene pasando torneo tras torneo.
Ahora ya estamos a poco más de una semana del debut en el Premier 12, segundo torneo en importancia del béisbol internacional después del Clásico Mundial. La nómina definitiva sufrió dos cambios de última hora con la incorporación del versátil tunero Rafael Viñales y el lanzador capitalino Pavel Hernández, lo cual está más a tono con lo que abogamos en un principio: tener un bateador más y solo los 13 serpentineros que exige la lid y no 14 como inicialmente defendieron los técnicos.
Los contrarios que enfrentaremos en el grupo B, con sede en Taipéi de China, ya enseñan sus caras en cuanto a calidad. Los dominicanos, contra quienes debutamos el 13 de noviembre, serán dirigidos por César Martín, un ex- jugador profesional, que ha manifestado su pesar por una nómina que se resentirá la coincidencia con la liga profesional local. No obstante, hay jugadores con experiencia en el béisbol rentado y mucha juventud.
Al día siguiente, vendrá un partido muy decisivo frente a Corea, campeón y subcampeón de las ediciones del 2015 y 2019, respectivamente. Su hermético pitcheo es la espina más dura a superar, en tanto producir carreras es para ellos aprovechar cada error del contrario, correr con excelencia las bases y dar el batazo oportuno cuando se necesita. Una derrota contra ellos nos pondría muy difícil la clasificación a la ronda de las medallas.
La tercera presentación de Cuba será el 15 contra Australia, una conocida selección a la que hemos dominado siempre en momentos cumbres. Un primer acercamiento a su róster muestra 26 jugadores con presencia en ligas menores estadounidenses, por tanto, tienen un nivel por encima de la media, a lo que se suma un mentor experimentado como David Nilson. Evitar exceso de confianza en la historia pasada se impone para lograr un triunfo.
Tras una jornada de descanso, el 17 Cuba volverá al terreno ante Japón, favorito no solo para dominar el grupo, sino para revalidar su título del 2019. Por supuesto, tampoco son invencibles y respetan nuestro béisbol, incluso en momentos que no vivimos las mejores galas. Varios de nuestros jugadores, contratados o que pasaron por su Liga, pueden ser las armas secretas.
El cierre del calendario preliminar ocurrirá con los anfitriones taipeianos, que una y otra vez nos dan juegos cerrados y ahora aspiran a derrotarnos para pelear por uno de los cupos a la final. La correcta elección del pítcher para este desafío y no sentirnos seguros de que “siempre le hemos ganado” puede abrirnos tranquilidad para una victoria que pudiera definir el pase o no hacia Tokio, donde esperarán los dos primeros lugares del apartado A.
¿Será correcto usar a Liván Moinelo el primer día para así poderlo tener listo para otro partido en esa primera fase, o deberíamos reservarlo contra Corea, que parece ser el juego clave? ¿El bateo podrá soltarse y garantizar las carreras necesarias para apoyar un pitcheo con talento, pero con mucha experiencia a esta instancia? ¿Aportarán Yoan Moncada, Roel Santos, Yadir Drake, Alfredo Despaigne, Yoelkis Guibert y Erisbel Arruebarruena la misma adrenalina triunfadora que vimos en el Clásico Mundial del 2023?
Preguntas más, respuestas menos, la polémica se abre y lo que sí está claro es que queremos superar la mejor actuación en un Premier 12 (sextos en el 2015). No es imposible, pero hay que hacerlo con un rendimiento superior a lo visto hasta hoy.