Aplazar la búsqueda de soluciones para crear alternativas de rendimientos productivos no ha sido nunca una opción para la Empresa Laboratorio Farmacéutico de Medicamentos Líquidos Orales (Medilip), aun cuando en los últimos años se ha visto afectada de manera extraordinaria por las severas restricciones económicas internacionales que llegaron a la Mayor de las Antillas en medio de una pandemia que hostigó a todos.
La entidad es única de su tipo en el oriente cubano y es parte de las 34 pertenecientes al Grupo de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas de Cuba, las que sobresalen por el alto potencial científico y sus resultados eficientes en materia de preparados con destino al mejoramiento de la salud humana.
Ubicada en Bayamo hace 24 años tiene la responsabilidad de garantizar en las instituciones médicas productos que salvan vidas, que se expenden por medio de tarjetas de control por su alto impacto en un grupo de enfermedades crónicas, y otros que alivian dolencias y padecimientos.
Elaboraciones como la digoxina, utilizada para contrarrestar las afecciones del corazón de niños; el ketotifeno en suspensión, para controlar las alergias respiratorias también en pacientes de esas edades; o el valproato de sodio, utilizado para tratar episodios maniacos, etc., en los adultos, entre otros muchos indispensables, cuentan hoy con un débil financiamiento para acceder a las materias primas de las que dependen.
Y aunque la política interna establece que no deben faltar esos preparados, tales demandas, las más humanas, permanecen sitiadas por un absurdo bloqueo, que se mantiene indiferente al verdadero dolor del pueblo cubano: la salud.
La valía
“En toda su trayectoria Medilip ha estado produciendo medicamentos naturales y genéricos (basan su autorización en la demostración de bioequivalencia con un medicamento previamente autorizado), que franquean etapas muy complejas a partir de los años 2019 y 2020, con la llegada de la COVID-19, período en que nos mantuvimos trabajando pero con afectaciones muy, muy fuertes, porque el país se quedó prácticamente sin ingresos”, explica Efrén Vladimir Rodríguez Lora, director general de la entidad.
“Se sufrió un desfavorable revés en cuanto a la adquisición de recursos fundamentales, entre ellos materias primas, materiales de envase y piezas de repuesto para el equipamiento, además de un importante número de reactivos y medios de cultivo.
“Bajo tales circunstancias disminuyeron considerablemente las posibilidades de dar respuesta a la población en cuanto a los cerca de 50 productos genéricos que tenemos registrados; cifra que bajó a la mitad y luego a mucho menos de la mitad.
“En esa situación tan compleja, de crisis, la industria farmacéutica ha tenido que reinventarse, reanalizar y reevaluar los escenarios, para poder aprovechar oportunidades del entorno, entre ellas las políticas de Gobierno y los diferentes decretos que se fueron aprobando, con los cuales se dio impulso y se ampliaron los objetos sociales de las empresas. También es una ventaja la bancarización y sus facilidades para las transacciones.
“Todo ello vino a potenciar que Medilip no cayera en pérdidas empresariales, ni tuviera que declarar disponible a ninguno de sus 430 empleados. Es importante significar que para mantener esa fuerza de trabajo en condiciones favorables tuvimos que enfocarnos mucho en potenciar todos esos procesos de encadenamiento.
“En ese sentido hemos estado impulsando bastantes proyectos relacionados con el desarrollo de productos naturales, cuyo impacto ha sido muy positivo: prácticamente han igualado a los productos genéricos, según señalan los comportamientos de las estructuras y las matrices de ventas. Eso ha favorecido, a su vez, el avance de más proyectos y nuevas ideas.
“De igual forma, se han potenciado, realizado y consolidado negocios con las empresas del grupo Labiofam, con Farmacia y Óptica de diferentes provincias del país, con ApiCuba para la entrega de la miel en virtud de las producciones de melitos así como con el sector no estatal.
“Asimismo, se nos aprobaron puntos de venta en distintos lugares del territorio, lo cual benefició la venta minorista y la llegada de nuestras ofertas más rápida a la población”.
La forma estratégica de sortear dificultades profundas ha permitido ampliar la cartera de elaboraciones naturales con buena aceptación, según reflejan los informes de ese centro. Para igual período del 2023 solo tenían en oferta nueve de estos surtidos en tanto ya hoy disponen de 22 para ambos tipos de venta: mayorista y minorista.
“Sin duda hemos ido trabajando aceleradamente, pues no se trata solo de la investigación en desarrollo, sino que los tiempos entre esa etapa preliminar y la comercialización de un producto terminado se han acortado, en respuesta a las propias necesidades de la organización.
“Igualmente, vimos y aprovechamos el potencial que tenía Medilip para lograr sus propios extractos naturales y no depender solamente de adquirirlos en otros mercados. Hoy los obtenemos con una calidad similar a la que ofertan los proveedores, y ello, al propio tiempo, constituye ya una línea de trabajo y de proyectos.
“En general hay mucho por realizar; hemos avanzado en algunos frentes, pero existen otros que están comenzando y hay que ir apuntalándolos”, recalcó el directivo.
Del pensamiento y afán de los tecnólogos y especialistas han surgido otros productos alternativos, entre los que destacan líneas de champú, soluciones desinfectantes, detergentes y, más recientemente, agua embotellada; oportunidad que proviene de un exacto estudio de mercado y del provecho de la fortaleza de la entidad que tiene el líquido como materia prima fundamental.
“Por esa razón se va convirtiendo en un producto estrella —precisa Rodríguez Lora— y también por el hecho de que se logró el registro nacional con el Instituto de Higiene y Microbiología de los Alimentos, para ampliar su vigencia, al tiempo que se continúan los estudios de estabilidad.
“Esta es un mercancía que ya se viene comercializando al nivel que nos han permitido los procesos de encadenamiento con las empresas militares industriales, para los envases.
“Y precisamente en este tema de los frascos, el bloqueo ha golpeado mucho en cuanto a la importación que hizo nula esta posibilidad.
“Hemos buscado alternativas de manera que hoy la proyección de trabajo y desarrollo incluye cuatro bases principales: productos genéricos, productos naturales, productos alternativos y el agua”.
Camino al andar
La entidad granmense trabaja de manera sostenida en mejorar la imagen de los productos naturales, el aprovechamiento de los recursos, la alianza con la academia y en la colaboración con centros de investigación reconocidos en el país.
Otro gran empeño es el proyecto territorial para la obtención de edulcorantes a partir de la Stevia rebaudiana, una planta con sustancias químicas que son 200 o 300 veces más dulces que la sacarosa, y que es consumida por las personas para la obesidad, la presión arterial alta, la diabetes y muchas otras condiciones.
La sustitución de importaciones, la renovación del cuadro básico de medicamentos de Cuba, solucionar problemas técnicos que obstaculizan o ponen en riesgo la continuidad de las elaboraciones, ante la imposibilidad de adquirir alta tecnología o piezas de repuesto en el mercado internacional, son directivas autoimpuestas por quienes laboran en Medilip, de cara a un bloqueo económico férreo que intenta, además, mantener invisible estas gestiones emergentes por la calidad de vida del pueblo.