La tardanza de llegar 10 minutos tarde y con la colección de periódicos bajo el brazo pudo haber arruinado la mañana en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, o en la Academia, como gustan decir a algunos teóricos con razón, a pesar de que siempre he preferido llamarla como en mi época de universitario: FCOM.
Sin embargo, me salvó la campana, o mejor, la fidelidad y confianza de los profesores y amigos Iraida Calzadilla y Roger Ricardo Luis, quienes habían coordinado, a través de la Catédra Honorífica Pablo de la Torriente Brau, un primer encuentro con los estudiantes de 2do año de la Carrera de Periodismo para hablar de una idea nacida en el periódico TRABAJADORES.
Al final, no solo el tiempo alcanzó para hablar de esa propuesta, sino también para conversar sobre el periodismo cubano actual, algunos consejos de redacción, adelantos de las tendencias más contemporáneas y hasta un aparte para el post que escribí hace unos días sobre el Taiger, con exclusivas y diálogo compartido sobre su impacto en las redes sociales.
Con la dinámica de no ser una clase para su escalafón, tampoco una charla didáctica y aburrida y mucho menos un monólogo sin retroalimentación se abrió la propuesta. A propósito de los 55 años que cumplirá el periódico TRABAJADORES el próximo 6 de junio del 2025, el colectivo decidió someterse a la mejor prueba de fuego en un aniversario: escuchar los criterios positivos, pero sobre todo los críticos, con sugerencias incluidas, de los futuros periodistas, algunos de los cuales llegarán a nuestra redacción en par de años.
Y en medio de un mundo hipermedial, en el que el lenguaje impreso no es el más cotizado como tiempos atrás, aparecerse con esa posibilidad «cogió movido a más de uno», que miraban extrañados al director de un medio de comunicación pidiendo creatividad y frescura en los criterios que después de leerse las muestras vendremos a buscar de ellos.
Alguien hizo la acotación que “no sabía que se hiciera tanta crítica en las páginas de Trabajadores”, tras hojear, sin profundizar en la lectura, los números del 1 de julio al 14 de octubre. Queremos acercarlo más a la gente, a los jóvenes trabajadores, a la Cuba real que es posible reflejar sin panfletos ni ladrillos en nuestras páginas, les dije convencido y sin ambages.
El tiempo dedicado para esta “locura hermosa” que quizás otros medios pueden hacer con más envoltura e historia que nosotros nos dejó, por adelantado, tres estudiantes que antes de tirarnos la foto de despedida ya se acercaron para pedir ir a trabajar y a aprender en TRABAJADORES.
Solo por eso, y por lo que estoy seguro aportarán dentro de una semana cuando volvamos a FCOM, vale terminar esta crónica apresurada con un verso de aquella canción que ninguno de esos estudiantes había nacido cuando se compuso, pero es el mejor retrato de lo vivido esta mañana del 16 de octubre: “El tiempo joven no muere….”
