Enrique Figuerola, El Fígaro como popularmente se le conoce, recibió hoy un emotivo homenaje a 60 años de la consecución de su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 64, la primera conquistada por un cubano en citas bajo los cinco aros luego de 1959.
En el Museo del Deporte Cubano, Figuerola, acompañado por atletas que asistieron a lid nipona como Lázaro Betancourt, Norge Marrero y Manuel Padrón, recordó su trayectoria previa y los detalles de aquella carrera histórica que le dio la presea de plata.
«Es una gratitud y un sentimiento grande. No hay cosa más halagüeña que un pueblo te reconozca», dijo el homenajeado, después de rememorar cómo un ajuste técnico de los norteamericanos resultó clave en el rendimiento de Robert Hayes, quien logró superarlo en aquella final.
Asimismo, los participantes destacaron la ejemplaridad del Fígaro y los valores que lo hicieron convertirse en un referente para las generaciones venideras.
«Junto a Silvio (Leonard), Figuerola fue uno de los paradigmas… Fui velocista, llegué a correr 10,66 y ellos eran las figuras en que uno se fijaba. Para mí es mi amigo, mi padre, una persona a la cual respeto y le debo mucho de lo que soy hoy», expresó el campeón paralímpico Enrique Cepeda.