¿Podríamos esperar algún cambio con respecto al bloqueo luego de las venideras elecciones presidenciales de Estados Unidos? La pregunta, imprescindible, rompe el ritmo que llevaba la conversación hasta ese momento. El veterano sindicalista baja la mirada, como con vergüenza ajena, y niega enfáticamente con la cabeza: “No creo, dice. Ya sabemos lo que haría Donald Trump, reforzarlo, como en su mandato anterior… Kamala Harris, por su parte, mantendrá la línea de Joe Biden”.
El diálogo es con Mark Friedman, quien ha hecho propios los dolores de los cubanos y en cada viaje carga sus maletas de insumos médicos, medicamentos y donativos diversos que entrega donde más se necesita.
“Muchos no conocen la realidad, por eso el Comité Manos Fuera de Cuba, de Los Ángeles, participa en marchas, protestas y huelgas para explicar el impacto que tiene la política de los EE. UU., especialmente el bloqueo y la inclusión en la Lista de Estados que Patrocinan el Terrorismo”.
La estrategia adoptada desde hace unos cuatro años les ha posibilitado tener presencia hoy en 20 estados de la nación norteña y en unas 40 ciudades: “Centramos nuestras iniciativas en los sindicatos, pues a ellos pertenezco y en los últimos años hemos visto resurgir con fuerza a la clase obrera dentro de los EE. UU. También trabajamos con los jóvenes y los estudiantes universitarios, pues se agradece el conocimiento y la energía que ellos tienen, además de que nos permiten rejuvenecer el movimiento de solidaridad con Cuba.
“Tenemos decenas de activistas que han participado en las actividades por el Primero de Mayo que organiza la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, incluida la pasantía para dirigentes sindicales. Para el 2025 ya estamos preparando otra delegación, esta vez de unas 70 personas”, aseguró.
En los últimos meses, como resultado del quehacer del Comité y de otras organizaciones, se han aprobado unas 25 resoluciones de sindicatos estadounidenses a favor de la Mayor de las Antillas. Ellos exigen, enfáticamente, poner fin al bloqueo y a la presencia de Cuba en la espuria lista que la vincula al terrorismo.
Con una actitud similar a la de este Comité existen decenas en todo el mundo. Este mes refuerzan sus acciones al calor del debate previsto para los días 29 y 30 ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde será condenado, por trigésima segunda ocasión, “el sistema de medidas económicas coercitivas unilaterales más abarcador, completo y prolongado que se haya aplicado contra país alguno”.
¿Qué podría hacer Joe Biden?
Con la aprobación de la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democráticas Cubanas, más conocida como Ley Helms-Burton, el bloqueo se convirtió en un código legal que arrebató potestades al poder ejecutivo y las cedió al Congreso de los EE. UU., institución que ahora tiene en sus manos la posibilidad de que, algún día, se elimine el bloqueo.
No obstante, el presidente tiene algunos ases bajo la manga. Podría, por ejemplo, aligerar los perjuicios mediante la emisión de anuncios regulatorios de los departamentos de Estado, Tesoro y Comercio.
Otras de las decisiones que podría tomar son:
- Eliminar a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo que emite el Departamento de Estado.
- Revertir la política de persecución financiera contra Cuba, incluida la relacionada con los suministros de combustibles al país.
- Suspender la posibilidad de presentar demandas en tribunales de los EE. UU. contra compañías estadounidenses y de terceros países, en virtud del Título III de la Ley Helms- Burton.
- Modificar el límite permisible de 10 % de componentes estadounidenses en los bienes que Cuba puede importar de cualquier país del mundo.
- Solicitar a los departamentos de Estado y del Tesoro eliminar la inclusión de entidades cubanas en otros listados unilaterales, como la Lista de Entidades Cubanas Restringidas, la Lista de Alojamientos Prohibidos y la Lista de Nacionales Especialmente Designados.
- Instruir a los representantes de los EE. UU. en las instituciones financieras internacionales para que no bloqueen el otorgamiento de créditos u otras facilidades financieras a Cuba.
- Posibilitar a entidades cubanas, incluidos bancos o empresas, abrir cuentas corresponsales en bancos de los EE. UU.
- Autorizar las exportaciones a Cuba de productos estadounidenses para ramas claves de la economía, como la minería, el turismo o la biotecnología.
- Autorizar la importación por los EE. UU. de cualquier mercancía fabricada o derivada de productos cultivados, producidos o manufacturados en Cuba por empresas estatales (níquel, azúcar, tabaco, ron u otros).
- Permitir la exportación a Cuba de insumos y equipos médicos que puedan utilizarse en la fabricación de productos biotecnológicos cubanos.
- Flexibilizar la política de otorgamiento de licencias para inversiones de compañías estadounidenses en Cuba.
- Autorizar a ciudadanos de los EE. UU. a recibir tratamientos médicos en Cuba.
- Permitir formas más amplias de colaboración para el desarrollo, comercialización y suministro de medicamentos y productos biomédicos de origen cubano, por ejemplo, a través de inversiones directas de compañías de los EE. UU. y empresas mixtas.
- Permitir las ventas de materias primas que Cuba necesita para producir medicamentos para la población cubana y la de otras naciones en desarrollo.
- Autorizar a subsidiarias estadounidenses a realizar negocios con Cuba, que no estén relacionados con la importación y exportación de bienes a Cuba (prohibido por la Ley Torricelli).
Tales acciones no responden a las prioridades actuales del Gobierno de los Estados Unidos, pero en ellas radica el comienzo del fin de una hostilidad que mantiene en vilo al pueblo de la Mayor de las Antillas.