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El Che es ejemplo de desinterés, altruismo, solidaridad y lealtad a Fidel y la Revolución

La vida y obra de Ernesto Guevara de la Serna, conocido por el Che, trascendió el siglo XX. El también Guerrillero Heróico, oriundo de Rosario, Argentina, nació el 14 de junio de 1928. Y siendo aún muy joven ya mostraba inquietudes y rechazo ante las injusticias y profundas desigualdades imperantes en el contexto de su época, se sensibilizó con la causa de los pobres de Nuestra América.

Foto: ACN

Como médico pudo conocer durante sus recorridos y viajes por la región, las tremendas visicitudes sociales y económicas existentes bajo la égida del colonialismo y el capitalismo en desarrollo, durante la segunda mitad del siglo XX.

Se identifica y vincula por ideas, amor y trayectoria revolucionaria a Cuba, su otra Patria, en la cual sembró imperecederas huellas, y manifestó su lealtad a Fidel, a la Revolución y al noble pueblo de la nación caribeña.

Luego de conocer el pensamiento de Fidel y Raúl Castro (al coincidir en México en 1954) y lograr información sobre los preparativos de la expedición del yate Granma con el objetivo de combatir en la Isla a la abominable dictadura de Fulgencio Batista, decide sumarse y será uno de los 82 combatientes dispuestos a vencer o morir por la libertad de Cuba.

Tuvo un destacado rol en la contienda emancipadora durante la invasión hacia Occidente con la derrota que tributaron sus fuerzas a las huestes batistianas en la histórica y trascendente batalla de Santa Clara, de la entonces provincia de Las Villas, hecho que contribuyó al posterior triunfo de la Revolución.

A partir de la victoria de 1959 ocupó varias responsabilidades en el Estado y Gobierno Cubanos, y dedicó su experiencia militar y reconocida sensibilidad humana en asumir otras misiones en el país y también en otras tierras del mundo a las que brindó sus conocimientos, además de contribuir con movimientos de liberación en África y Latinoamérica.

El Che resaltó en sus intervenciones ante el pueblo cubano, la importancia decisiva que debía alcanzar la voluntad política para poder ejecutar proyectos socio-económicos inclusivos e hizo énfasis en el papel que debían desempeñar los médicos y trabajadores de la Salud en el ámbito sanitario.

Así mismo estuvo al tanto de los programas en desarrollo que daban cumplimiento al alegato de autodefensa de Fidel en el Moncada, “La Historia Me Absolverá”, y fue un ferviente defensor de sustentar la unidad entre los cubanos. Concebía además un nuevo tipo de humano en general que fuese más integral, y previó que sería el hombre nuevo a formar, el cual debía ser arquitecto de sí mismo y actuar movido por el desinterés, el altruismo y la solidaridad, principios y valores presentes en el quehacer cotidiano de la vida del Che.

Por su visión de conquistar un mejor futuro basado en equidad y justicia social, no solo para Cuba, sino para todos los países oprimidos del mundo, decide ir a combatir la precaria situación que viven naciones americanas, como Bolivia, con el fin de tratar revertirlas ante las crecientes demandas de sus pueblos. Y a partir de su convicción política e ideas emancipadoras, organiza y dirige a partir de 1965 la gesta por la libertad en ese territorio, sumido en grandes niveles de desigualdad y pobreza extrema, e impulsa su estrategia política y militar en el intrincado lomerío, y otrora sumido en el olvido, pueblo boliviano.

En ese Altiplano del sur del continente, en su corazón,  abre importantes frentes de combate contra el gobierno de turno, servil a intereses foráneos y contrario a la solución de las acuciantes necesidades de los bolivianos que en su mayoría carecían de decorosos servicios de salud, educación, seguridad, cultura, empleo, etc, y eran víctimas de la explotación del hombre, por el hombre. 

La práctica de la colaboración y el internacionalismo eran premisas indispensables en la actitud y accionar revolucionario del Che, quien además sustentaba que aquellos que solo se estimulan por dinero, jamás podrían comprender la esencia humanista de la solidaridad entre pueblos.

El Che Guevara solo pudo ser apresado el 8 de octubre de 1967 al resultar herido en combate y yacer en el suelo, situación aprovechada por el enemigo para capturarlo. Y trasladado al poblado de La Higuera, departamento de Santa Cruz, Bolivia, es asesinado el día 9.

Pero sus ideas y ejemplo no pudieron ser silenciados, están presentes en el accionar de cada hombre y mujer que lucha por revertir de la faz de la tierra, los abusos, el robo indiscriminado de los recursos de sus pueblos, así como erradicar las políticas de segregación racial y social, todavía imperante en países de América y el mundo.

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