No permanecen cruzados de brazos ni tampoco sentados en espera de la solución a un problema en su radio de acción laboral.
Son los hombres y mujeres que a diario honran la membresía de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionales (Anir), siglas que ponen de relieve a una valiosa fuerza del movimiento sindical cubano y que este 8 de octubre llega a su 48 cumpleaños.
En tiempos difíciles surgió. Eran los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana cuando sobre el país una drástica e inminente eliminación total del suministro de componentes, agregados y equipos para fábricas e industrias que en su gran mayoría eran de tecnología estadounidense, lo cual devino en espada de Damócles que amenazaba con paralizar toda actividad productiva o de servicios.
Tal situación se veía agravada aun más con el éxodo de personal calificado hacia la vecina nación del norte.
Este 8 de octubre al cumplirse 48 años de la fundación de la Anir evocamos la memoria del Guerrillero Heroico Comandante Ernesto Che Guevara, –su Presidente de Honor- quien al frente del Ministerio de Industrias a inicios de los años 60 del pasado siglo promovió, primero, la campaña denominada Piezas de Repuesto y después lanzó el llamado “Obrero, construye tu maquinaria”.
Mover voluntades y desplegar el talento de obreros, técnicos y profesionales ha abonado el camino recorrido por esta organización que hoy agrupa a más 171 mil 400 miembros, de los cuales 68 mil 638 son mujeres.
Lo logrado en todos los sectores de la vida económica y social del país ha contribuido y continúa contribuyendo a proyectar y aplicar soluciones viables a un problema equis y que no por pequeñas en algunos casos dejan de tener inestimable valor.
Los esfuerzos y resultados han estado encaminados al ahorro de recursos, a la investigación y la docencia, la defensa de la Patria, sustitución de importaciones, crear rubros exportables, recuperación de piezas de repuestos, al incremento de la productividad mediante modificaciones y mejoras en técnicas y tecnológicas que generen exportaciones, disminuyan costos y redunden en la humanización del trabajo y la organización de la producción.
Meritoria labor ostenta el sector de la Salud por el admirable protagonismo de sus aniristas durante las difíciles circunstancias de enfrentamiento a la pandemia.
Existen reservas incalculables de inteligencia individual y colectiva que todavía pueden ser explotadas si cada vez se hace menor el factor subjetivo que limita y obstaculiza el aprovechamiento de la sagacidad de los innovadores y racionalizadores.
Está demostrado que hay iniciativas que no solo favorecen a un colectivo en específico, pues también tienen repercusión a nivel de municipio, provincia o nació, de ahí la relevancia que adquiere el empuje y la efectiva unidad integradora de organismos e instituciones para generalizarlas en la búsqueda de soluciones alternativas en el contexto actual que afronta el país.