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La otra vida del Indio Naborí

A un Héroe Nacional del Trabajo, aun después de su partida física, se le mantiene vivo con acciones seguidoras de su huella. Como las que los poetas decimistas y los amantes de la estrofa nacional realizan cotidianamente en favor de esa disciplina, y con mayor fervor, en los días cercanos al natalicio de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, el 30 de septiembre, que en 1998 fuera declarado Día de la décima iberoamericana por acuerdo de los participantes en el Festival Iberoamericano celebrado entonces en Canarias.

La poetisa Bertha María Gómez, presidenta de la Filial de Ala Décima en San Miguel, condujo el encuentro. Foto: Pedro Miguel González

Así ha sido cada año, desde el 2009, cuando la Filial del Grupo Ala Décima en San Miguel del Padrón, cuna del emblemático autor —merecedor del referido título honorífico y del Premio Nacional de Literatura—, le ha rendido homenaje con la premiación del concurso nacional de glosas que lleva su nombre, el único certamen en que se compite glosando versos del autor de Viajera peninsular.

La cita en esta ocasión fue en la Biblioteca Municipal Tomás Tuma Iza, a la vera del Parque Naborí —levantado hace 14 años por el tesón de esa Filial y los escritores y artistas del territorio—, y tuvo el soporte artístico de un simpático grupo de danza integrado por niños de escuelas locales, así como artistas y presentadores de las instituciones culturales de San Miguel del Padrón. A ellos se sumaron otros creadores como la actriz y poetisa Irasema Cruz, miembro de Ala Décima, y el trovador y poeta Diego Daniel Ulloa, cercano colaborador de la agrupación. Fue de conjunto un sencillo y sentido tributo desde el arte popular al Indio Naborí.

El encuentro contó con la presencia del poeta Fidel Antonio Orta Pérez, director de la Oficina de Investigación y Promoción Cultural Indio Naborí, Pedro Miguel González, subdirector del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, Yaniuska Pérez Rodríguez, directora municipal de Cultura y otros directivos de esa esfera en el territorio.

A la izquierda, el poeta Fidel Antonio Orta Pérez, director de la Oficina de Investigación y Promoción Cultural Indio Naborí, muestra la obra de artes plásticas destinada a la ganadora del certamen, que no pudo estar presente en la ceremonia. A la derecha el autor de la pintura, el artista sanmiguelino Alexei Mendiola. Foto: Pedro Miguel González

En nombre del periódico Trabajadores, de la referida Oficina, del citado Centro y su Grupo Ala Décima, el poeta Pedro Péglez González fue portavoz de un mensaje de efusiva felicitación a la Filial aladecimera de San Miguel del Padrón y a su presidenta, la poetisa Bertha María Gómez Sedano por estos dieciséis años ininterrumpidos del concurso nacional de glosas Indio Naborí, así como de agradecimiento al colectivo laboral de la Biblioteca Municipal y a las autoridades locales por el respaldo a tales iniciativas que mantienen vivo a este Héroe del Trabajo.

 

Los resultados del certamen

En esta decimosexta edición del concurso nacional de glosas Indio Naborí, el premio correspondió a la autora Olivia Casanova Blanco (1967, Camagüey), por su conjunto A contrapelo, según votación del jurado, compuesto por los reconocidos poetas Frank Upierre Casellas, Irasema Cruz Bolaños y Jesús Arencibia Lorenzo, este último ganador del certamen en su edición del 2011.

Un bien coordinado y simpático grupo danzario de escolares del territorio, hizo las delicias del público. Foto: Pedro Miguel González

El equipo evaluador concedió primera mención a la obra Seduce al amorío, del poeta Dólver Fontanilla, también agramontino, y menciones a los textos de los escritores Mabel Quintana Sosa (Villa Clara), Mercedes Mendiola (San Miguel del Padrón, La Habana), Mairelis Ruiz Torres (Mayabeque) y Alejandro Muñoz Aguilera (Camagüey). Quedó en condición de finalista la obra de la poetisa Lisbet Alemán Murga (Guanabacoa, La Habana).

Continuó viviendo así, repartido entre premiados y asistentes al emotivo encuentro, feliz en su ya cercano cumpleaños 102, el Héroe Nacional del Trabajo, el querido poeta Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí.

 

El poema premiado

A CONTRAPELO

 

Olvidaré a mis muertos y mi canto,

olvidaré tu amor siempre encendido,

olvidaré a mis hijos, y el encanto

de nuestra casa con calor de nido

 

Jesús Orta Ruiz. Indio Naborí

 

Olvidaré a mis muertos y mi canto

cuando delirios nieguen la pradera

donde esculpí el orgullo ─sementera

que glorifica el predio sacrosanto─.

Olvidaré mi estirpe si agiganto

ambigüedad, psicosis, perentoria

insensatez al pulso; vejatoria

profanación en mares del recuerdo.

Mutilaré razones si me pierdo

en huracán de alud y desmemoria.

 

Cuando inconsciente induzca desalojos

y enajenada encomie la partida,

permutaré mi sien extrovertida

por abstinencia, culto para hinojos.

Urdiré fuga, vértigos, abrojos

y vetustez —prendada de quejido—.

Olvidaré tu amor siempre encendido

en evasión letal de mi cordura,

y en heredad de Lethe, la amargura

arrostrará su cruz como al olvido.

 

Cuando senil invoque los burdeles

para injuriar tu falda, tu costumbre,

encargaré a seniles mi legumbre,

el rosedal que abonas, donde impeles

con vocación de lluvias y de mieles.

Por dar a luz desiertos que amamanto

olvidaré a mis hijos, y el encanto

de diseñarle don a la quimera;

reprenderé sudores, la bandera

que recogí en proscenios de quebranto.

 

Pero si luces tejen manantiales

y me tatúo juicio a contrapelo,

le lloveré coherencias al desvelo

y adrenalina a fotos y postales.

Bautizaré tu nombre en ancestrales

evocaciones —cuna de latido—.

Desteñiré la amnesia, y el sentido

coronará mi voz. Aun demente,

olvidaré exiliar el ingrediente

de nuestra casa con calor de nido.

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