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EDITORIAL: Los CDR en su aniversario

Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) celebran este 28 de septiembre su aniversario 64. Es oportuno destacar la vigencia de una organización que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Desde su fundación en 1960, los CDR han estado profundamente vinculados al día día de los cubanos, constituyéndose en una fuerza clave en la defensa y consolidación del proyecto revolucionario. Hoy continúan siendo una estructura fundamental para la movilización de los barrios.

 

 

La comunidad sigue siendo el núcleo fundamental de la defensa de un proyecto social, y los CDR desempeñan un papel central en este sentido. En los barrios cubanos hay mucho por hacer, y los comités, junto a otras organizaciones de masas, están llamados a movilizar a sus miembros para abordar tareas prioritarias. Entre estas, destacan la vigilancia colectiva ante la comisión de delitos, la cooperación en actividades de saneamiento y embellecimiento, así como la organización de campañas de donación de sangre, en las que su aporte ha sido insustituible.

Uno de los mayores retos de la actualidad es fortalecer los lazos de solidaridad y cohesión en las comunidades. Los CDR pueden ser un espacio de socialización vecinal, donde se fomente el sentido de pertenencia y se identifiquen, desde la base, las necesidades de las familias vulnerables. En este contexto, resulta fundamental que la organización refuerce su capacidad de actuar de manera proactiva, siempre en coordinación con otras instituciones y organizaciones sociales, para que ningún sector de la población quede desatendido.

El espíritu que animó la fundación de los CDR, con el Comandante en Jefe Fidel Castro al frente, mantiene su actualidad, aunque las circunstancias hayan cambiado. La necesidad de unidad, vigilancia y participación activa en los asuntos comunitarios es hoy tan pertinente como lo fue en los años iniciales de la Revolución. Ese legado se mantiene vivo en cada comité, en cada barrio, donde los vecinos continúan trabajando por el bien común.

El ejemplo de Fidel Castro sigue siendo una guía para la organización. Su visión de una sociedad participativa, unida y comprometida con los ideales revolucionarios sigue siendo el motor que impulsa a los CDR. En cada acción solidaria, en cada proyecto comunitario, en cada gesto de compromiso, se refleja ese impulso fundacional.

A medida que los tiempos cambian, los CDR deben adaptarse. Los desafíos actuales requieren una organización activa y renovada, que siga siendo un pilar en la construcción de una Cuba más inclusiva, solidaria y comprometida con los valores que la Revolución ha defendido desde sus inicios. (Tomado de Cubasí)

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