En un país donde el arte y otras expresiones afines se conciben como un pilar fundamental de la identidad y la soberanía, el Sindicato no solo debe velar por los derechos laborales de sus afiliados, sino también ser un agente activo en la defensa y promoción del patrimonio. Su labor debe partir de la sensibilidad y el compromiso con un acervo.
Ahora que se desarrollan las conferencias provinciales previas a la Conferencia Nacional del Sindicato, hay que asumir ese proceso como una oportunidad para fortalecer las estructuras sindicales y definir estrategias que respondan a los desafíos contemporáneos de la cultura cubana.
Estos encuentros deben caracterizarse por un ejercicio crítico y un diálogo franco, en el que los trabajadores manifiesten sus inquietudes y propuestas, asegurando que la toma de decisiones refleje las verdaderas necesidades del sector.
El Sindicato tiene la responsabilidad de actuar como puente entre los creadores y las administraciones, además de facilitar un espacio donde se puedan discutir problemas que son, en buena medida, retos de la sociedad toda.
En un contexto donde la cultura enfrenta constantes complejidades económicas, el SNTC debe ser un interlocutor activo que abogue por el apoyo a los proyectos que enriquezcan la vida social del país. Y para eso es necesario partir de una clara conciencia de las jerarquías.
El proceso de conferencias debe propiciar la renovación y el fortalecimiento de los esquemas de trabajo, para consolidar una visión compartida sobre el papel de la cultura en el presente y el futuro de la nación.