Icono del sitio Trabajadores

Teresita, jubilada y contratada en el mismo lugar

Teresa Rivero Rapaille iba a ser maestra Makarenko. Estuvo 5 años entre Minas de Frío, Topes de Collantes y Tarará. Cuando recogió el título e hizo sus prácticas de magisterio supo que no ejercería. «No me gustó. Me desanimé. Cosas que pasan. Cuando cogí esa carrera no tenía definida mi vocación».

Luego, junto a una amiga, se embulló para estudiar Taquigrafía. Y le gustó la máquina de escribir. «Me haló ser taquimeca». Inmediatamente después comenzó como oficinista en la Terminal de Ómnibus Nacionales, en Plaza de la Revolución, y fue en puestos subiendo. «Hace 52 años pisé esta terminal y todavía no me he podido ir».

 

Foto 1: Teresita, como la conocen los demás, ha trabajado siempre en la dirección de Operaciones. (Foto: Naturaleza Secreta)

 

Teresita, como la conocen los demás, ha trabajado siempre en la dirección de Operaciones. Desde ahí se atienden todos los movimientos de los ómnibus, las salidas, los itinerarios, la programación. Los accidentes, los trasbordos, las roturas, todas las incidencias nacionales, desde el Puesto de Dirección Nacional.

«Me jubilé hace 10 años y estoy contratada en el mismo lugar, en la misma oficina. Hace unos días cumplí 70 años».

«70 años es mi meta para dejar de trabajar y refugiarme en casa, pero aquí no me dejan, dicen que para qué, que yo estoy sola, que no me quede en la casa, que yo aún puedo trabajar. Aquí estoy»

«Mi cuerpo sale de mi casa y viene solo para la Terminal de Ómnibus. Se conoce el trillo. Son 52 años en el mismo edificio, en el mismo lugar, con la misma gente».

Teresita tiene dos hijas. La mayor es enfermera geriatra y la más pequeña fue chofer en turismo varios años, aunque ahora está disfrutando la maternidad. Teresita también fue compañera de viaje, por 40 años, de un gran chofer de Ómnibus Nacionales. «Me falleció el año pasado» y pone en su boca el “me” como si se le hubiese muerto un pedazo a ella.

«40 años de matrimonio, tenemos hijos, nietos, bisnietos. No quiero quedarme sola en casa, entonces vengo para acá, estoy con mis compañeros, que también son mi familia, no tengo más na’. Ya te digo, mi cuerpo viene solo para acá».

Perla, Rafael y Teresita son el tesoro de la empresa, los trabajadores que más años llevan de servicio en ella. Todo el mundo los conoce y menta. Y alguien desde el pasillo bautiza: «son aquí el Alma Mater».

Teresita viene a trabajar todos los días; y aunque su cuerpo a veces siente el peso de los años que guarda… «mientras haya fuerza, seguirá haciéndolo».

Compartir...
Salir de la versión móvil