A partir de este viernes, en todo el país, tendrá 60 gramos de peso y no los 80 establecidos, así como su precio pasará de un peso a 75 centavos, aseguraron directivos del MINAL.
«No contamos ahora con el financiamiento para la compra de trigo», afirmó Anayra Cabrera Martínez, directora general de Política Industrial del MINAL, quién agregó que la medida pretende extender por varios días más la producción del pan normado con los actuales inventarios en almacenes.
Para ilustrar la situación, el ministro del ramo, Alberto López Díaz, que durante julio y agosto la Empresa de Cubana del Pan recibió mil toneladas de harina de trigo, cada mes, cuando lo acostumbrado es que se le asignen 3 mil.
De los molinos de trigo con que cuenta el país, sólo producirá harina durante unos días el de Santiago de Cuba con destino a esa provincia, Holguín, Granma y Guantánamo.
La Directora General de Política Industrial también aclaró que podrán existir afectaciones en la producción de pan porque la harina se está transportando diariamente, además de subrayar que no existen razones para afectar la calidad del producto por lo que se desplegará, de conjunto con la Oficina de Inspección del organismo, un ejercicio de control para velar por el cumplimiento de lo establecido.
Por su parte, Maidel Linares Ramos, vicepresidenta primera del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, afirmó que la Empresa Cubana del Pan mantendrá la venta liberada a partir del encadenamiento con formas de gestión no estatal (FGNE) y la variedad de formatos en gramaje y precios de que dispone.
Ante la actual situación, la Empresa Cubana de Molinería fue autorizada a comprar harina dentro del país a organizaciones y FGNE para aumentar las cantidades disponibles.
Según señaló Zaily Pérez Hernández, directora comercial de esa empresa, eso significa el respaldo del Gobierno revolucionario en forma de subsidio pues se comprará la harina a un precio mucho mayor que el habitual, sin afectar el de venta del pan normado a la población, además de ser un reto logístico que se traduce en transportar contenedores desde la Zona de Desarrollo Especial Mariel al resto del país.
Maidel Linares Ramos igualmente explicó que en el puerto de La Habana está atracado un barco con 23 750 toneladas de trigo que no ha sido posible descargar por la persecución a las operaciones comerciales de Cuba que impone el bloqueo norteamericano, por lo cual se hace más difícil al país contar con las divisas necesarias, en tanto hacen más complejas y retrasan las transacciones para el pago a los proveedores por las amenazas de sanciones a los bancos que las faciliten.
La descarga del buque permitiría disponer de la harina que completaría para este mes las más de 21 mil toneladas que demanda sólo la producción del pan de la canasta familiar normada.
Lo primero en que se piensa: ¿quién tiene vuelto hoy para dar en una panadería, una panera? Por tanto, se seguirá dando el pesito, por un pan de menos gramaje, y cuya calidad es cuestionable, si el supuestamente hasta ahora de 80 gramos, no lo es como al principio en que los clientes reclamaban enérgicamente y tenían que devolver los panes y traer otros, eso ya no lo controlará nadie. Ese pancito, será de 60, 55, 50 y hasta 45 o 40 gramos, porque no hay de otra para quienes no pueden día a día comprar pan en las FGNE (hábito ya bastante extendido, por cierto). Y eso es para prolongar un poco la agonía de que efectivamente no habrá pan en breves días, si no se resuelve el tema del barco de trigo u ocurre algún milagro salvador con la harina necesaria. En fin, menos carbohidratos subsidiados, otra preocupación más que siempre ha estado latente ahí, y otro tremendo efecto del inhumano bloqueo yanqui a Cuba. Poco a poquito, pedazo a pedacito, han ido logrando cerrar el dogal económico con las cosas verdaderamente necesarias para nosotros, y Lester Mallory debe de estar muy contento, en donde quiera que esté, posiblemente tomándose unas copas con Valeriano Weyler y otros iguales…