Ver envejecida algo más de la quinta parte de la población preocupa tanto como saber que es negativo el saldo migratorio, con mayor incidencia en el campo, donde descansa la base económica principal de una provincia agrícola, rural y, por añadidura, con una espiral del parto en la adolescencia, germen de otros males a corto y mediano plazos.
Si se tratara de estadísticas simples, de cifras asentadas en un registro, quien las leyera podría respirar tranquilo. Pero no. Estos son fenómenos más que números, problemas sociales infiltrados en barrios, comunidades y escuelas, en ciudades y campos guantanameros; tendencias nada halagüeñas que les hacen muecas muy feas al futuro del territorio más oriental de Cuba, el de más bajo índice de desarrollo humano en el archipiélago.
“La provincia aquí tiene un desafío”, subraya el doctor en Ciencias Antonio Aja Díaz, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana.
“Guantánamo tiene un proceso de envejecimiento elevado, de 20,1 %”, recalca el experto, y habla de jubilaciones, de fuerza de trabajo, de la correlación hombre-mujer en esa fuerza, del apremio de movilizar recursos humanos y económicos para enfrentar las derivaciones de esa tendencia.
“La provincia tiene algunos municipios como Baracoa y Maisí, por ejemplo, muy envejecidos. De ahí el papel fundamental que desempeña la atención a la población adulta mayor. A las instituciones sociales y de salud les corresponde un rol esencial en esa atención, que pasa por la calidad de los hogares de ancianos, casas de abuelos, hogares maternos y círculos infantiles”.
¿En qué medida la natalidad le hace contrapeso al envejecimiento en Guantánamo?
“En esta provincia han crecido los nacimientos, pero esos números los está aportando, esencialmente, la población en edades muy jóvenes y adolescentes; tenemos que revertir ese indicador.
“No podemos convivir con el problema de niñas en edades muy tempranas en la vida, teniendo hijos, es una situación social, de salud, un riesgo a mediano y largo plazos; el trabajo integral para revertir la fecundidad adolescente es elemental; tiene que ver con la educación, la salud, la prevención, la familia. El papel de los medios de comunicación en el sentido de alertar, educar y modificar ese comportamiento en la población es fundamental”.
Del saldo migratorio de Guantánamo, se sabe, es negativo, ¿cuáles son las especificidades de ese fenómeno en la provincia?
“Guantánamo pierde población en las zonas rurales, tiene un desafío adicional en tratar de que municipios netamente agropecuarios no sigan perdiendo la cantidad de población que ahora pierden Yateras, Baracoa, Imías y Maisí, por ejemplo, municipios claves desde el punto de vista agrícola.
“Fíjate, no se trata de personas que se van del país; se van para otra provincia, muchas veces para el occidente o centro de la Isla, a trabajar en la agricultura de esos territorios, cuando tanta falta le hacen a la de este”.
¿Las causas?
“Tienen que ver con diferencias de salarios, de viviendas, de viales, de condiciones de vida; hay que pensar en ellas”.
¿La solución?
“Que la población económicamente activa trabaje y lo haga en las zonas de mayor prioridad. La producción de alimentos y el nivel de envejecimiento tienen una relación muy estrecha, si no tenemos suficientes brazos para producir, ¿de qué planes y de qué estrategia estamos hablando?
“Enfrentemos el problema de un modo distinto, atendamos la dinámica demográfica de manera integral. Todo esto tiene que estar reflejado en la estrategia de desarrollo económico y social del territorio. Para eso hay que conocer a la población y sus características; de eso se trata. Hay que invertir mucho más en la población joven, tratar de asentarla en las áreas rurales”.
Con esta última observación de Aja Díaz, me hacen un guiño de lamento los 17 millones de pesos de la contribución territorial dejados de ejecutar en Guantánamo, y lo que en materia de desarrollo local ese recurso hubiera ayudado en el propósito que menciona el experto. A los guantanameros el futuro casi nos suplica ser más prácticos en la aplicación del aprendizaje, es una premisa del desarrollo. (Tomado de Venceremos)