Icono del sitio Trabajadores

Viengsay Valdés: Elogio del talento y la perseverancia

En Carmen, de Alberto Alonso. Foto: Nancy Reyes

Hay mucho que aplaudir en la lar­ga trayectoria artística de la pri­mera bailarina Viengsay Valdés, una artista versátil, de fuerte pro­yección escénica, singular poderío técnico, pujanza indetenible sobre el escenario. El público y la crítica han reconocido esa fibra y esa en­trega un sinnúmero de veces.

En la memoria de los más fer­vientes seguidores de la danza en Cuba seguramente estarán, por ejemplo, sus interpretaciones del ballet Don Quijote. Su Kitri, per­sonaje recurrente, siempre ha sido un gran espectáculo, desde el mo­mento mismo en que aparece en escena.

Su gracia, sus giros, sus equi­librios prolongados, esos fouettés de infarto… marcaron a muchos balletómanos. Y no solo en Don Quijote, pues Viengsay Valdés ha cubierto (y cubre) un espectro amplísimo en el repertorio: desde las evocaciones románticas hasta creaciones de decidida contempo­raneidad.

Viengsay nunca se ha amilana­do ante los retos. Y ha asumido la profesión como una posibilidad de superación permanente.

Pero más allá de sus creden­ciales artísticas, existe una di­mensión ética y un compromiso que la honran y la distinguen: ha consagrado sus esfuerzos y su ta­lento a la preservación del legado de los grandes maestros fundado­res de la escuela cubana de ballet, del Ballet Nacional de Cuba.

Continuidad y renovación —dos conceptos que algunos contrapo­nen— son pilares de su ejercicio al frente de la compañía que an­tes dirigieron Fernando y Alicia Alonso.

En Don Quijote. Foto: Carlos Quezada

No se trata de asumir la dan­za como un objeto de museo. Los clásicos lo son por su capacidad de dialogar con el presente; y una compañía nacional también tiene la responsabilidad de abrir espa­cios para el arte emergente.

En tiempos difíciles, marcados por la emigración de muchos bai­larines, de figuras prometedoras, Viengsay Valdés y su equipo han batallado por preservar la digni­dad artística de la compañía. Es un deber, pues el BNC es símbolo y patrimonio de la cultura cubana.

Viengsay ha predicado con el ejemplo. Ha permanecido. Y desde aquí ha tendido puentes al mundo entero.

El 14 de septiembre el BNC presentará, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, la gala dedicada a los 30 años de vida artística profesional de Viengsay Valdés.

Compartir...
Salir de la versión móvil