“Que se me acabe la pasión y haga las cosas por cumplir, limitándome a dar solo lo que me pidan”. En esa frase resume el joven pinareño Abimael Triana Moreira el mayor miedo que le inspira la nueva etapa de su vida, al comenzar a ejercer su profesión, hoy 2 de septiembre.
Hace apenas unas semanas se graduó de Licenciatura en Educación en la especialidad de Eléctrica y asegura que el deseo de superación profesional lo impulsó a cursar una carrera pedagógica, pues previamente se formó como técnico en nivel medio en el politécnico Primero de Mayo.
Cristiano evangélico, congregado en una Iglesia bautista, agradece a Dios por los profesores que tuvo, a los que considera muy preparados debido a que no se limitaron a su instrucción académica, sino que también estuvieron atentos a su salud y a otras aristas de su vida —que en cierto momento no fueron las mejores y se reflejaron en sus resultados docentes—, atención que impactó de manera muy positiva.
Lamenta que las condiciones dentro de la sede universitaria Rafael María de Mendive no sean las mejores para la enseñanza práctica, lo que, en especialidades como la suya, es esencial y considera que ello lastra la eficiencia del proceso de aprendizaje.
No obstante, se siente preparado para el reto de pararse frente a un aula y tiene como referente a sus educadores: “Creo que podré asumir esa responsabilidad y mis expectativas son alcanzar sobre mis alumnos el mismo impacto que tuvieron mis profesores en mí, ayudarlos en su preparación profesional y a ser mejores personas”.
Reconoce como algo favorable la actualización de los contenidos de los programas de estudio de las diferentes materias, y opina que dentro del sistema educativo es prioridad estar al tanto del cambio generacional, lo que condiciona muchos aspectos en el aula.
Le preocupan las carencias materiales que entorpecen las prácticas de los educandos que, considera, limitan la asimilación de la teoría en especialidades técnicas.
Cifra sus esperanzas en ser capaz, por los conocimientos adquiridos, de sobreponerse a cualquier dificultad y espera que, en el futuro, sus alumnos y compañeros puedan definirlo como un buen educador.