Icono del sitio Trabajadores

No es oro, pero reluce

En el momento del ensacado, algunos carboneros quedan maravillados por el sonido metálico que produce, y por su color negro brillante.

 

Foto: Granma

Es el carbón de marabú un combustible natural muy demandado en el mercado internacional. Es producido en hornos artesanales en diversos territorios del país.

Expertos sostienen que es muy solicitado, sobre todo, por su excelente poder energético, alto rendimiento y porque no agrede el medioambiente, además de otros atributos como estabilidad en el fuego, la ausencia de carbonilla, de cenizas y otras partículas.

Así lo suscribe la ingeniera Lidaimi Herrera, especialista de la Empresa Agroforestal de Matanzas (AFM), de las entidades líderes en la exportación de este producto.

No se paga con nada

Como bien reza el aforismo, no todo lo que brilla es oro, ni todo lo que parece ser maravilloso resulta serlo realmente.

«Producir carbón, sobre todo de marabú, es un trabajo muy duro, y son pocos quienes están dispuestos a enfrentar los desafíos de este oficio», dice Rafael Alberto Ramírez Carrera, trabajador por cuenta propia, y uno de los productores más destacados que tiene contrato con la entidad matancera en el importante rubro.

Para llegar hasta su finca, distante a unos diez kilómetros de la carretera central, en un sitio intrincado del municipio de Limonar, conocido como Chacón, es preciso desandar caminos de difícil acceso.

La gente, por lo general, se mueve en carretones, y resulta todo un dilema llegar hasta allí con camiones para transportar el carbón ya ensacado.

«Desde muy joven me dedico a la producción de carbón, y entrego unas cien toneladas cada año, con el auxilio de otros seis trabajadores de aquí de la zona. Es algo difícil pero rentable».

Comenta Alberto Ramírez que la Empresa asume el costo de los sacos y de la transportación del producto, y que por cada tonelada de carbón (50 sacos de polipropileno estándar, de un peso de alrededor de 20 kilogramos) reciben unos 200 MLC.

Admite que en el año en curso mantiene un paso sostenido, aunque con frecuencia se presentan obstáculos con los sacos y el combustible, lo cual limita el ritmo de entrega.

Yan Carlos Fernández Ramírez, quien es uno de los más cercanos colaboradores de Rafael, explica que hacer carbón no se paga con nada.

 

«Todo es complicado, desde cortarlo hasta cargarlo, quemarlo en el horno y luego realizar el proceso de beneficio para garantizar la mayor calidad del producto. Además, no siempre disponemos de la indumentaria apropiada».

 

El lado bueno del marabú

Jorge Díaz Mirabal, director general de la Agroforestal Matanzas, asegura que es bien difícil que este año puedan satisfacer la cifra exportable -1 400 toneladas-, pero asegura que ya despacharon las primeras 390 toneladas, y que es posible concluir 2024 con un volumen cercano al millar, como ocurrió el año anterior.

Con el fin de cumplir ese propósito y poner el carbón de marabú en los mercados foráneos, cuentan, con el aporte de sus mejores productores, localizados en los municipios de Los Arabos y Martí.

Un desempeño de tal naturaleza, junto con el logro de otros indicadores productivos, sostendría la condición de la Empresa, que se encuentra entre las primeras exportadoras de ese rubro en el país.

Destacó el empresario que el carbón de marabú es muy requerido, además, por la ausencia de humo y de mal olor durante la combustión.

Foto: Archivo

Según cifras oficiales, cada año Cuba produce un volumen cercano a las 40 000 toneladas de carbón vegetal para enfrentar la demanda nacional y cubrir las ventas al exterior.

Entendidos resaltan la calidad de este producto y sus múltiples usos como combustible, tanto en la industria como en el hogar, además de emplearse en el sector gastronómico por el sabor distintivo que aporta a los alimentos.

Hay quienes se alegran del fruto del marabú, planta invasora en la Isla que atesta no pocos campos cubanos, y cuya presencia limita la producción de alimentos.

Lo que sí está probado es que sirve para hacer carbón de muy buena calidad, y que, aunque no es oro, reluce. (Tomado de Granma)

Compartir...
Salir de la versión móvil