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Latinoamérica en un lento avance hacia la igualdad de género

Para la directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, la organización registra avances como el acceso a la educación, servicios de salud o incluso una mayor participación en organismos internacionales como la propia Organización de Naciones Unidas.

 

Foto: PL

Sin embargo, la región demanda la participación más activa de las féminas en la democracia y sus instituciones, el reconocimiento de su rol en el cuidado de la familia, un mayor espacio en la economía y el mercado de empleos, y la prevención efectiva de la violencia.

La diplomática de origen uruguayo aseguró que la Cumbre del Futuro, prevista para septiembre venidero, presenta una oportunidad única para abordar estos y otros retos.

Como parte de las discusiones previas a la cita, los representantes de los Estados miembros trabajan en la elaboración del Pacto del Futuro, documento que recogerá una visión global fortalecida del multilateralismo.

El magno evento además pasará la revista al estancamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en 2015 por las Naciones Unidas para su consecución en 2030.

Aunque apenas el 15 por ciento de las metas trazadas muestran avances y cerca de la tercera parte podrían no completarse, Vaeza se mostró optimista con las discusiones generadas en torno a la igualdad de género, uno de los 17 ODS incluidos en la Agenda 2030.

“Las más recientes versiones del Pacto del Futuro confirman que no hay un retroceso, más bien la intención de adelantar aunque aún falta voluntad política y mayor presupuesto para el avance de las mujeres”, remarcó la experta.

Un tema de poder

Uno de los puntos a favor en la cuestión de género, según Vaeza, es el impulso a la diplomacia de mujeres desde Naciones Unidas, donde la cuarta parte de las representantes permanentes son féminas frente a cifras anteriores que no superaban el cinco por ciento.

Una representante de América Latina ocupó durante el último período la presidencia del Consejo Económico Social, la embajadora chilena Paula Nárvaez, quien movilizó el tema de los cuidados y de igualdad.

Sin embargo, la experta reconoce que el sector tiene aún baja representatividad en los puestos fundamentales de los organismos de la ONU, como el Consejo de Seguridad o la Asamblea General, presidida por la ecuatoriana María Fernanda Espinosa entre 2018 y 2019, cuando una fémina ocupó el cargo por última vez.

A la par, otros debates sugieren que la próxima persona en ocupar el liderazgo de la secretaría general de Naciones Unidas podría ser por primera vez una mujer, incluso una representante de la región.

“En general, es necesario el avance en materia de participación de la mujer en la política; en la región tenemos el 70 por ciento de los parlamentos y el 85 por ciento de las alcaldías ocupados por hombres”, precisó la titular de ONU Mujeres.

Apenas una presidenta latinoamericana es mujer, la hondureña Xiomara Castro, a la que se sumará la próxima mandataria de México, Claudia Sheinbaum.

“También necesitamos mujeres en la política y en puestos de poder; queremos el poder porque la igualdad de género es un tema de poder, una premisa en la que ha insistido el secretario general, António Guterres”, dijo la representante.

Eso, aseguró, resulta indispensable para cambiar el mundo de forma más justa igualitaria y equitativa para las actuales generaciones y sus hijos.

Lento avance hacia la equidad

El avance en la igualdad de género para la región enfrenta dos de los principales desafíos que el resto de las metas incluidas en la Agenda 2030: la voluntad política y la falta de financiamiento.

Foto: PL

De acuerdo con la ONU, al menos el 42 por ciento de los ODS podrían concretarse antes de 2030 en un avance intensivo que incluya la incorporación de más fondos, mientras que cerca del 38 no se cumplirán.

Nueve años después de que se establecieran los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las latinoamericanas acceden más a la educación en todos los niveles, sobre todo a la universidad, aunque tienen menos oportunidades en el mercador laboral.

Aunque la cifra de graduadas en la región es 1,5 superior que los hombres, el promedio salarial es 25 por ciento inferior que en el sexo opuesto.

A la par, cerca de 120 millones de mujeres trabajan en la informalidad, lo que no les garantiza seguridad médica y reciben salarios por debajo de las medias nacionales.

Con vistas a revertir ese escenario, ONU Mujeres impulsa el concepto de sociedades de cuidado que promueve la remuneración de aquellas personas dedicadas a atender a niños, ancianos o discapacitados en sus hogares.

Para Vaeza, se trata de incluir una parte esencial de los servicios sociales e incluso un derecho humano.

“Ese es un tema que tenemos que seguir trabajando y tenemos que seguir viendo cómo se formalizan los trabajos para que las mujeres puedan tener acceso a salud universal”, insistió al respecto la máxima responsable de ese organismo.

A su juicio, un sistema de este tipo permitiría a las féminas salir a trabajar, así como garantizar ocho millones de empleos en los próximos 20 años.

Datos de ONU Mujeres estiman que los presupuestos nacionales dedicados a las entidades de género en la región se encuentran por debajo del 0,5 por ciento, lo que confirma una urgente necesidad de ampliar inversiones.

La prevención de la violencia es uno de los aspectos más necesitados de fondos cuando el fenómeno cobra más de cuatro mil muertes por año solo por el hecho de ser mujeres.

Los números lamentablemente no han bajado, lo que invita a seguir trabajando en prevención y en un menú de servicios hacia las víctimas de violencia antes que ocurra un feminicidio, dijo Vaeza.

Según la entidad, el mundo necesita 360 billones de dólares por año para poder financiar la Plataforma de Acción de Beijing para la igualdad de género, mientras que el gasto militar global sobrepasa tres trillones de dólares.(Tomado de PL)

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