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Latidos

Es el corazón. Por eso late fuerte, vital y decide la vida. Hay que escucharlo, respirar oxígeno y no dejar de sentir sus pulsaciones. Así ha sido siem­pre. El Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) es el corazón de la organiza­ción. Por eso sus latidos em­piezan en la base, irradian al municipio, se aceleran en las provincias y no concluyen con las sesiones finales en abril del año 2025.

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Y no son pocos los latidos que ya se van sintiendo. La pérdida de la capacidad adquisitiva del salario y el impago en sectores específicos saltan en las venas de quienes siguen apostando a su sindicato y a la CTC para soluciones reales, no curitas temporales.

Pero hay más. Es imprescin­dible que el corazón bombee con un mejor funcionamiento y liderazgo de sus secciones sin­dicales; en tanto reclamos de seguridad, salud y condiciones de vida para los trabajadores no se quedan atrás en las con­ferencias municipales, donde palpita, al mismo tiempo, el apego a nuestro sistema social y a sus conquistas emancipa­doras.

La distribución de las utilida­des generadas con el trabajo honesto, las transformaciones en el sistema laboral y las fa­cultades otorgadas a los sin­dicatos se empinan también en estos latidos, en los que no faltan insatisfacciones con la aplicación de la bancarización y aún la poca sindicalización del sector no estatal.

El corazón de la CTC va transitando este examen y el número 22 no es solo para llevarlo como consecutivo de ediciones. Volvamos al inicio. Es fuerte, vital y decide la vida de un país. Bien lo decía Fidel: “Los trabajadores son la razón de la Revolución”.

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